Todo surgió por la alerta de una vecina, que llamó a la policía al advertir que un hombre atacaba a una menor. Él había interceptado momentos antes a la víctima mientras paseaba por la vía pública. Valiéndose de su fuerza física, la agarró y con ella se dirigió al canal Tinkunaku, donde comenzó a besarla contra su voluntad, reteniéndola y sujetándola del brazo con la clara intención de llevársela.
La oportuna intervención de la mujer que pasaba por el lugar y que dio aviso a las autoridades frustró la consumación del secuestro.
En la audiencia, el Ministerio Público Fiscal y la defensa del imputado presentaron un acuerdo que fue finalmente declarado procedente por la jueza.
El hombre de 30 años fue condenado a la pena de nueve meses de prisión de ejecución efectiva tras reconocer haber cometido los delitos de abuso sexual simple en concurso real con tentativa de rapto. Además, fue declarado reincidente por cuarta vez, lo que influyó en la modalidad de la pena impuesta, descartando la posibilidad de una condena condicional.
La jueza también dispuso su inmediato traslado a la Unidad Carcelaria 1 para el cumplimiento de la pena, y su incorporación al Banco de Datos Genéticos.