La noche del jueves tuvo un acto llamativo en el macrocentro salteño. Un vecino de calle General Güemes, que tiene su casa a solo metros de la famosa “cinco esquinas”, se cansó de ciertas actitudes y decidió actuar.
¿Qué pasó? Esa noche regresó junto a su pareja a su casa y cuando quería ingresar su auto al garage se dio con que una camioneta blanca le estaba obstaculizando el paso. Esta situación le colmó la paciencia a este vecino que de inmediato tomó una decisión: si yo no paso no pasa nadie y por eso dejó el auto cruzado en medio de la calle.
Con el correr de los minutos esa arteria se llenó de vehículos y todo se transformó en un caos.
Algunos, armados de paciencia, se acercaron al conductor y le mostraban su apoyo al ofuscado hombre, mientras que otros lo único que hacían era insultar.
Pasó poco más de media hora y la calle seguía cortada. Un policía que circulaba por el lugar intentaba convencer al hombre para que corra el auto pero sus esfuerzos eran estériles. Después de una larga negociación el sujeto accedió y liberó la calle.
¿Vos qué harías en una situación similar?