La jueza federal de Garantías de Tartagal, Ivana Soledad Hernández, hizo lugar el viernes pasado a la formalización de la investigación penal contra once hombres que, encabezados por un guía armado, fueron detenidos acusados de transportar 202 kilogramos de cocaína en mochilas por una zona selvática de la localidad salteña de Embarcación.
La imputación penal por el delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes, fue requerida por el fiscal federal Marcos César Romero, a cargo de la Sede Descentralizada de esa ciudad, quien lleva adelante el caso junto al auxiliar fiscal, José Rafael Lamas.
Los acusados fueron identificados como Ramón y Eduardo Saban, Miguel y Alberto Matorras, Marcelo Fernández, José y Elías Pereyra, César Aguirre, Rodrigo Ferreyra, Juan Franco González y Eliseo Gustamante.
El caso
Al presentar el caso, la fiscalía dio detalles del procedimiento y de la modalidad empleada, denominada “mochileros”, usual para esa zona de espesa selva y una gran variedad de fauna.
El hecho se descubrió en un paraje conocido como “La Porcelana”, ubicado a unos 63 kilómetros al norte de Embarcación y al cual se puede acceder por la ruta provincial 140.
Dada su cercanía con la frontera boliviana, ubicada a menos de 20 kilómetros, la región es considerada una “zona caliente” para el narcotráfico. La gran dificultad que se presenta es la densa vegetación, lo que obliga a un tránsito pedestre y de la mano de una guía que conozca los senderos.
A sabiendas de ello, y para prevenir la logística de las organizaciones narco, personal del Escuadrón 52 de Gendarmería Nacional dispone de patrullas que, de manera sistemática, vigilan esa zona.
En ese marco, el miércoles pasado, alrededor de las 14.50, una dotación de gendarmes avistó a una cuadrilla de mochileros que avanzaba por el monte, guiados por un hombre armado con una escopeta.
En vista de ello, el sargento Daniel Portillo junto a los cabos Rutilio Alcaraz, Bruno Rodríguez y Rodrigo Franco, tomaron posiciones tácticas a fin de evitar quedar al descubierto y resguardar su seguridad, ya que los sospechosos superaban a los integrantes de la patrulla. Desde allí se comunicaron con la base para pedir refuerzos y las órdenes a seguir.
En el acto, el auxiliar fiscal Lamas supervisó el operativo desplegado por la fuerza de seguridad federal, que culminó de manera exitosa con la detención de todos los mochileros, incluido el cabecilla, y con el secuestro de 202 kilos de cocaína, dos armas de fuego, una camioneta Ford Ranger y teléfonos celulares, entre otros elementos de interés para el caso.
En total se secuestraron 195 paquetes de cocaína con un pesaje de 202 kilogramos. Foto: Gendarmería Nacional.
La captura
Al precisar detalles, el fiscal reveló que, en primera instancia, alrededor de las 23.30 del miércoles último, fue interceptado y detenido el presunto líder del grupo, Ramón Saban, quien cargaba una mochila e iba armado con una escopeta calibre 14. Ese imputado explicó que había salido a cazar en solitario, pero su arma tenía un solo cartucho, algo llamativo en una zona con una gran variedad de animales salvajes.
Luego, por el mismo sendero, fueron avistados el resto de los mochileros, quienes desobedecieron la orden de alto de los gendarmes y se dispersaron amparados por la oscuridad. Sin embargo, otra patrulla logró interceptar a otro de los acusados, Miguel Matorras, y tras una requisa en el lugar se encontraron dos mochilas con paquetes rectangulares.
La fiscalía dispuso custodia del lugar y otro amplio rastrillaje a primera hora del jueves. Como consecuencia de ello, se detuvo a Eduardo Saban y Juan Franco González ocultos en medio de la maleza.
Asimismo, en ese mismo sitio se hallaron más de una docena de mochilas, que tenían la particularidad de ser todas iguales tanto en dimensión como en su color verde que se mimetizaba con la vegetación de la selva.
La fiscalía reveló que las mochilas cargaban un total de 195 paquetes de cocaína con un peso de 202 kilos, droga que fue traslada hasta el puesto de Senda Hachada, el más cercano al lugar, al igual que los primeros cuatro mochileros detenidos.
Al otro día continuaron los rastrillajes y otra patrulla de gendarmes dio con la camioneta Ford Ranger que circulaba sobre la ruta nacional 34, en dirección al sur. Al ser requisado el vehículo, los efectivos encontraron, en la caja, a un pasajero con el rostro lastimado con rasguños.
Otras seis personas viajaban en el interior de la camioneta, y si bien se identificaron como jornaleros, no supieron precisar en qué finca trabajaban ni qué tareas hacían en específico. Además, algunos de ellos también tenían la cara, los brazos y las manos lastimadas, evidencia que, para la fiscalía, los liga a la fuga por los arbustos del lugar.
Los imputados llevaban la droga en más de doce mochilas idénticas en dimensión y color verde camuflado. Foto: Gendarmería Nacional.
El pedido de la fiscalía
Tras describir el hecho, el fiscal detalló las pruebas reunidas y solicitó a la jueza que haga lugar a la imputación penal, como así también requirió la prisión preventiva de todos los acusados, dada la gravedad del delito, la naturaleza y logística desplegada y la obligación del Estado Nacional de investigar a fondo los delitos de narcotráfico, en razón de los compromisos a nivel internacional adquiridos por el país.
También remarcó los riesgos de fuga y de entorpecimiento del proceso, la facilidad de los acusados para cruzar la frontera por pasos no habilitados y el estado incipiente del caso, argumentos que fueron compartidos por la magistrada, por lo que hizo lugar a todas las peticiones de la fiscalía, incluso una serie de pericias a la droga y a los teléfonos incautados.