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El papa Francisco abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro y encabezó la Misa de Nochebuena

La apertura simboliza el comienzo del Jubileo “ordinario”.

El papa Francisco abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro y encabezó la Misa de Nochebuena

El papa Francisco abrió este martes el “Año Santo” 2025 de la Iglesia católica, el gran peregrinaje internacional para el cual se esperan más de 30 millones de fieles de todo el mundo en Roma, bajo el signo del Jubileo.

En esta Nochebuena, en presencia de unas 30.000 personas y con transmisión a todo el mundo, Jorge Bergoglio abrió la Puerta Santa de la basílica de San Pedro del Vaticano, simbolizando la inauguración de este Jubileo “ordinario”.

Francisco llegó al atrio de la basílica, donde se había colocado una rampa ante la Puerta Santa para permitir el acceso a la silla de ruedas en las que se mueve el pontífice por sus problemas en la rodilla y tras las oraciones y lecturas se acercó y, siempre sentado, tocó tres veces. Entonces la puerta se abrió y la atravesó en total silencio.

“En la Navidad del Señor, luz de luz, esperanza inextinguible, nos disponemos a entrar con fe por la Puerta Santa. Los pasos de nuestro camino son los pasos de toda la Iglesia, peregrina en el mundo y testigo de la paz”, dijo el papa antes de abrir la puerta, y continuó: “Crucemos el umbral de este templo santo y entremos en el tiempo de la misericordia y del perdón, para que se abra a cada hombre y cada mujer el camino de la esperanza que no defrauda”. Después entraron el papa y representantes de los cinco continentes en procesión ante el altar y comenzó la misa del gallo.

A lo largo de todo el año, los peregrinos podrán atravesar esta pesada e imponente puerta de bronce, cerrada en tiempos normales, para recibir la “indulgencia plenaria”, el perdón de los pecados según la tradición.

La apertura de la Puerta Santa será seguida en los próximos días por las de otras tres grandes basílicas de Roma (Santa María la Mayor, San Pablo Extramuros y San Juan de Letrán) y de miles más en las iglesias de todo el mundo.

La seguridad en torno al Vaticano fue reforzada tras el ataque mortal contra un mercado navideño en Alemania. Unos 700 agentes adicionales fueron enviados a Roma, anunció el Ministerio del Interior.

Qué dijo Francisco en la Misa de Nochebuena

El papa Francisco deseó que el Jubileo que comenzó este martes con la apertura de la Puerta Santa dé esperanza a los países abrumadores por las deudas y profanados por la guerra, en su homilía de la Misa del Gallo celebrada en la basílica de San Pedro.

“En esta noche, la puerta de la esperanza se ha abierto de par en par al mundo; en esta noche, Dios dice a cada uno: ¡también hay esperanza para ti!”, dijo Francisco, que agregó que “Dios perdona siempre y lo perdona todo”.

Tras la apertura de la puerta, para lo que tocó varias veces con el puño y no empujó como era habitual, Francisco entró en silla de ruedas en completo silencio a la basílica, mientras fuera de la plaza se escuchaban las campanas de San Pedro.

Francisco se colocó, como en los últimos años por sus problemas de movilidad, en un lado del altar mientras celebraba la misa el cardenal Giovanni Battista Re, decano del colegio cardenalicio.

En la plaza de San Pedro se congregaron cerca de 20.000 personas y unas 6000 en el interior de la basílica para seguir este acto de inicio del Jubileo, tras acceder entre imponentes de seguridad por pasillos establecidos y medidas detectores de metales.

En su homilía, el papa deseó que este sea un Jubileo de esperanza “para nuestra madre tierra, desfigurada por la lógica del beneficio; que llegue a serlo para los países más pobres, abrumados por deudas injustas; que llegue a serlo para todos aquellos que son prisioneros de viejas y nuevas esclavitudes”.

Además, afirmó: “Todos nosotros tenemos el don y la tarea de llevar esperanza allí donde se ha perdido; allí donde la vida está herida, en las expectativas traicionadas, en los sueños rotos, en los fracasos que destrozan el corazón; en el cansancio de quien no puede más, en la soledad amarga de quien se siente derrotado”.

“También en el sufrimiento que devasta el alma, en los días largos y vacíos de los presos, en las habitaciones estrechas y frías de los pobres, en los Lugares profanados por la guerra y la violencia”, añadió.

Francisco dedicó un momento en recordar a quienes sufren por los conflictos bélicos. “Pensemos en las guerras, en los niños ametrallados, en las bombas en las escuelas”. Luego, pidió que en este Jubileo “nos indignemos por las cosas que no están bien y que tengamos la valentía de cambiarlas”.

“La esperanza que nace en esta noche no tolera la indolencia del sedentario ni la pereza de quien se acomoda en su propio bienestar; no admite la falsa prudencia de quien no se arriesga por miedo a comprometerse (...) ni de quien no alza la voz contra el mal ni contra las injusticias que se cometen sobre la piel de los más pobres”.