En la Sala III del Tribunal de Juicio comenzó hoy la audiencia de debate en la causa seguida contra Fernando Nicolás Melgar (34), imputado por el delito de tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego (tres hechos) en concurso real.
El juicio unipersonal es presidido por el juez Pablo Farah. Por el Ministerio Público interviene la fiscal Verónica Simesen de Bielke. La defensa del imputado está a cargo de Federico Stengurt.
La audiencia se inició con la lectura de la requisitoria fiscal de elevación a juicio. Seguidamente, el acusado manifestó su voluntad de declarar respondiendo a preguntas de las partes.
Melgar relató que, cuando ocurrió el hecho, se encontraba de visita junto a su esposa y a sus hijos en la casa de su hermano, en barrio San Justo.
Contó que estaban durmiendo cuando escucharon que afuera discutían y salió para ver qué pasaba. Observó que un hombre de contextura – E. A. M.- robusta golpeaba a su hermano con un elemento punzo cortante en la ceja. A raíz de esto comenzó a sangrar. Manifestó que quiso hablar para apaciguar los ánimos y en un momento se identificó como personal de Gendarmería. Las personas presentes lo tomaron a mal y se violentaron.
Melgar relató que a continuación lo agredieron con un golpe en la nuca. Cayó de rodillas y se abalanzaron sobre él. Dijo que eran alrededor de diez personas. Se incorporó como pudo y su esposa, que estaba parada la entrada de la vivienda, lo tomó de la remera para ayudarlo a ingresar.
Él le pidió que llamara a la policía; ella lo intentó pero no se pudo comunicar. Mientras tanto, su hermano seguía afuera y lo llamaba pidiéndole ayuda. Decidió buscar su arma. La extrajo del estuche, colocó el cargador, le sacó la corredera y salió con la pistola en posición de descanso, sobre el pecho.
Ya en la puerta, vio que el sujeto que había agredido a su hermano – E. A. M.- tenía un revólver. Le dio la voz de alto y este le respondió gritándole: “Vigilante de mierda, los vamos a matar a todos”. Melgar sostuvo que nuevamente dio la voz de alto pero el hombre hizo caso omiso y le apuntó a la altura del pecho. Entonces él le ordenó: “Soltá el fierro”, e hizo dos detonaciones disuasivas al piso. Como le seguía apuntando, le disparó dos veces en la pierna derecha. El acusado manifestó que quiso “dejarlo fuera de combate” y que en ningún momento tuvo “intención de asesinar”. “Busqué los miembros inferiores del agresor”, remarcó.
Afirmó que lo que hizo fue reprimir una agresión y tratar de resguardar la integridad física de su hermano, que estaba en el piso, y de su esposa, que estaba detrás de él.
Cuando E. A. M. cayó al piso tras recibir dos disparos en la pierna, otro de los vecinos corrió con la intención de agarrar el revólver. Ante esto, y al ver que el grupo de personas se abalanzaban sobre él, Melgar disparó en forma de abanico, haciendo un barrido de izquierda a derecha. “Logré impactar en dos de ellos”, precisó (dos menores de 15 y 17 años, hijos del primer lesionado). En total realizó diez detonaciones y se quedó sin municiones.
El acusado indicó que arrojó el arma hacia atrás, su hermano logró incorporarse y trataron de proteger el ingreso a la vivienda con una tarima, tipo palet. Dijo que los vecinos intentaban entrar portando machetes.
Mientras su hermano resistía, él llamó al Sistema de Emergencia 911 y pudo comunicarse. Poco después escucharon voces femeninas que decían: “Viene la yuta”, y los atacantes se alejaron. Luego regresaron para enfrentar al personal policial.
Melgar refirió que le mostró su placa a los uniformados, explicó que había tenido un enfrentamiento y entregó su arma.
La primera jornada continuó con la declaración de E. A. M. El damnificado refirió que vive en barrio San Justo y que conoce al hermano del imputado desde hace tiempo porque son vecinos. Sostuvo que nunca antes del hecho juzgado había tenido problemas con él.
Contó que esa noche, él se encontraba tomando bebidas alcohólicas afuera de su casa, con un vecino, cuando sus hijos salieron. Su mujer se fue por detrás, a buscarlos, y él la siguió. Los encontraron en el domicilio de la familia Melgar, discutiendo con el dueño de casa. Justo cuando él llegaba alcanzó a ver que su vecino golpeaba a su hijo de 15 años. Le recriminó su accionar y el hermano del imputado lo desafió a “pelear a puño limpio”.
“Yo le estaba ganado cuando salió el acusado, me apuntó y comenzó a disparar. `Tomá´, me dijo, y me dio en la pierna”.
El testigo refirió que Fernando N. Melgar disparó todo el cargador. Después vio caer heridos a sus dos hijos. Un vecino los socorrió y los llevó al Hospital Papa Francisco.
E. A. M. negó haber portado un revólver o un elemento corto punzante esa noche. Aseguró que ninguno de los presentes estaba armado. También afirmó que jamás entró a la casa de los Melgar.
Sobre la cantidad de personas que lo acompañaban en ese momento, además de su mujer y sus dos hijos, el damnificado dijo haber visto al vecino que había estado tomando con él y a un amigo de los menores. “No sé si había más gente porque era una gresca y en el lugar había poca luz”, indicó.
Para la audiencia de hoy estaba prevista la declaración de otros siete testigos, entre víctimas, familiares y vecinos.
La audiencia se extenderá hasta el 1 de julio próxima.