La audiencia, que concluyó con un acuerdo de juicio abreviado, expuso la tensa y conflictiva relación entre la víctima y el acusado, marcada por un historial de violencia de género.

El hombre de 31 años fue condenado a tres años de prisión en suspenso luego de ser hallado culpable de los delitos de amenazas, desobediencia judicial, privación ilegitima de la libertad, violación de domicilio (dos hechos), todo ello en concurso real.

El ahora condenado, quien ya había sido denunciado en múltiples ocasiones por su expareja, incumplió reiteradamente una orden de alejamiento. La escalada de violencia culminó en una serie de episodios ocurridos entre mayo y agosto de 2024, en los que el acusado irrumpió en el domicilio de la mujer y la mantuvo retenida contra su voluntad.

El 23 de mayo de 2023 el acusado amenazó a su madre y a su abuela en inmediaciones del Hospital San Bernardo. Durante este incidente, el hombre profirió amenazas graves hacia ambas, diciéndoles: “ustedes son las culpables de todo lo malo que me pasa, las voy a agarrar a todas y me voy a matar”. A raíz de esto, las víctimas expresaron un profundo temor de que cumpliera con sus amenazas.

A ello se sumó que el 23 de agosto de 2024, el hombre desobedeció una orden judicial al presentarse en el domicilio de la madre de la denunciante, ubicado en Villa Floresta, e intentó ingresar al lugar a la fuerza, golpeando la puerta repetidamente. Los vecinos alertaron a la policía, pero el acusado ignoró las medidas impuestas por la justicia, que lo obligaban a mantenerse alejado del hogar.

Un poco más tarde ese mismo día, el acusado abordó a su expareja cuando ella se encontraba cerca de su domicilio, a punto de tomar un remis. La insultó por haberse retirado de su casa y, ejerciendo violencia física, la arrastró del buzo hasta llevarla a su propio domicilio, donde la mantuvo retenida contra su voluntad. Durante este episodio, el hombre le profirió amenazas, afirmando que se quitaría la vida arrojándose debajo de un camión.

Además, se comprobó que el acusado había ingresado sin autorización al domicilio de la víctima en dos oportunidades. La noche del 22 de agosto de 2024 trepó una tapia de dos metros para entrar a la casa, siendo retirado del lugar en ambulancia. Al día siguiente volvió a repetir el acto, esta vez utilizando un escalón de la pared para trepar nuevamente.

El juez de Garantías interviniente, al dictar la sentencia en una audiencia flexible y multipropósito, impuso restricciones adicionales para proteger a la víctima, como la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de la denunciante y la obligación de realizar un tratamiento psicológico especializado en violencia de género. También dispuso la instalación de un botón antipánico y una consigna policial para garantizar la seguridad de la víctima hasta que el dispositivo esté operativo.

Finalmente, en la audiencia el hombre ofreció reparar el daño a la víctima haciendo efectivo el pago de un millón doscientos mil pesos que serán depositados en doce cuotas en una cuenta judicial.