La investigación se inició en julio pasado a partir del alerta de un empleado municipal quien trabaja en la Subsecretaría de Tránsito y Seguridad Vial de la Ciudad, quien al llegar a su puesto de trabajo a fin de realizar el relevo de su compañero en el depósito automotor de calle Catamarca al 600, realizó el control habitual de los ingresos y egresos de los vehículos y encontró una anomalía en las actas.
Al cerciorarse respecto de dicha falta se la comunicó a su superior inmediato, porque de lo observado en el libro en el turno anterior se asentó que ingresaron dos vehículos y egresó uno, pero el que salió del depósito no coincidía con el que efectivamente debía salir. Esa información fue puesta en conocimiento del coordinador general, mayor Miguel Ángel Sosa, quien realizó la denuncia penal.
La Brigada de Investigaciones logró establecer que mediante el análisis de las cámaras de seguridad y el libro del depósito, solicitados por la fiscal Guzmán, que el empleado del turno anterior Ricardo Martín Miguel Nina había adulterado el libro a fin de entregar a Alejandro Laureano Alvarado un vehículo VW Gol modelo 1994 por un Renault Fluence modelo 2016.
El personal policial logró recuperar el Renault Fluence y la fiscal Guzmán procedió a la imputación de Nina y Alvarado. Luego de la incorporación de los elementos que sustentaron la acusación y respectiva elevación a juicio, Guzmán junto a la defensa técnica de los acusados -quienes aceptaron su culpabilidad-, propusieron que Nina sea condenados a la pena de ejecución condicional de dos años y dos meses, por los delitos de peculado y falsificación de instrumento público; y Alvarado, a la pena de ejecución condicional de dos años por el delito de peculado en calidad de partícipe necesario. Además la inhabilitación absoluta para ambos.
Con las pruebas y la confesión de los acusados llevados ante el Juzgado de Garantías N°8, la jueza Claudia Puertas condenó a Nina y Alvarado de acuerdo a lo requerido por la fiscalía y la defensa.