Los jueces de la Sala IV del Tribunal de Juicio y las partes escucharon en primer término el testimonio de un hombre que dijo conocer a Santiago Zambrani porque el acusado era su proveedor de pasta base. Contó que el imputado solía movilizarse en un remís o en una camioneta blanca. El testigo precisó que se encontró con Zambrani el 5 de mayo de 2017, el día que Paola Álvarez fue vista con vida por última vez. Relató que lo llamó para que le suministrara pasta base pero el imputado no lo atendió. Luego le devolvió la llamada y, entre las 19.30 y las 20 de ese día, Zambrani fue hasta su casa, en calle Zuviría, a entregarle lo solicitado. El testigo dijo no recordar en qué vehículo fue y si estaba o no acompañado.
El fiscal solicitó que se dé lectura a un fragmento de la declaración brindada por el testigo el 3 de agosto de 2017, durante la etapa investigativa. Allí, afirmaba que, a pesar de no ser amigo de Zambrani, en una ocasión este le había mostrado fotos de una chica joven con quien dijo estar de novio. Le contó además que ella tenía un bebé, pero que él no era el padre.
A continuación declaró el comisario José Ordóñez, quien a partir del 6 de mayo de 2017 tuvo a su cargo las primeras actuaciones del caso, cuando la madre de Paola Álvarez presentó una denuncia por extravío de persona al advertir que su hija no había regresado a su domicilio a dormir.
El testigo contó que ese día se dirigieron al inquilinato donde residía Santiago Zambrani, en barrio Autódromo, pero no lo encontraron. Al día siguiente, el imputado se presentó en la dependencia policial y prestó declaración. Llegó en una moto, con bota ortopédica y unas muletas. Zambrani sostuvo que desde hacía cuatro años mantenía una relación con Paola Álvarez y que ella iba a su pieza 2 o 3 veces por semana. Dijo que la familia de la joven no sabía acerca de esa relación y que ella, cuando iba a verlo, ponía como excusa que iba a hacer tareas de limpieza. Afirmó que él le daba dinero para que ella pudiera justificar su ausencia.
Sobre lo sucedido el 5 de mayo, Zambrani sostuvo que ese día había ido a buscar a Paola en la moto para llevarla hasta el inquilinato. Allí bebieron cervezas, vieron películas y, a la madrugada, ella se marchó ofendida por una broma que él le había hecho. Explicó que no la siguió porque tenía una pierna lastimada y llevaba bota ortopédica.
En la declaración que brindó en la comisaría, Zambrani especuló que, al marcharse, Paola seguramente había tomado un remís y que, probablemente, la habían matado. Sospechaba eso –dijo- porque de otro modo ella le hubiese contestado los mensajes, porque nunca dejaba de hacerlo.
Seguidamente compareció ante el tribunal un vecino del inquilinato donde vivía Zambrani en 2017, en barrio Autódromo. El testigo recordó haber visto a Paola Álvarez un viernes por la noche, alrededor de las 21, volviendo a la habitación del imputado. Dijo que cruzó a la joven cuando ella estaba abriendo el portón de ingreso y él estaba de salida. La saludó y le pidió que no le cerrara la reja. Precisó que aparentemente Paola volvía de comprar y llevaba una caja de vino en la mano. El testigo se enteró de que la mujer que había visto esa noche era Paola Álvarez porque, al día siguiente, la policía llegó al inquilinato y le mostró una fotografía de la joven, quien en ese momento se encontraba desaparecida.
El testigo manifestó que, antes de ese viernes, había visto a la víctima dos o tres veces más en el inquilinato y que él pensaba que era la novia de Zambrani.
Durante el sexto día de audiencia también declaró una joven vecina de la familia Zambrani, en barrio Castañares. Dijo que conocía a Santiago y que sabía que él estaba de novio, pero no con quién. Sostuvo que el imputado realizaba “delivery” de pasta base y que ella le había comprado un par de veces. No obstante, afirmó que Zambrani tenía contacto casi diario con dos amigas suyas que consumían esa sustancia asiduamente. Comentó que, en esos días, el imputado le había canjeado a una de esas amigas una dosis de pasta base por una pastilla (Clonazepán) que ella había conseguido a través de un conocido que padece un trastorno mental. Zambrani le dijo que quería mezclarla con alcohol para divertirse y desinhibirse.
La joven precisó que el imputado llevaba las sustancias estupefacientes a domicilio y que se movilizaba en un remís que él manejaba.
También declararon hoy un oficial de la División Homicidios que intervino en un procedimiento realizado en barrio Autódromo el 10 de mayo de 2017, y una mujer que el 7 de mayo de ese año contrató el servicio de remís de Alfredo Zambrani.
La audiencia continuará mañana desde las 8.30. Está prevista la declaración de efectivos policiales que tuvieron participación en la etapa de investigaciones.
El juicio se desarrolla con tribunal colegiado conformado por los jueces Mónica Mukdsi (presidenta), Roberto Lezcano y Norma Vera (vocales).
El 6 de mayo de 2017, la madre de Paola Mariana Álvarez denunció la desaparición de su hija, quien aparentemente mantenía una relación sentimental con Santiago Alfredo Zambrani. La víctima había estado la noche anterior con el imputado. Su cuerpo fue hallado el 17 de agosto de 2017 en el camino de cornisa de la ruta nacional 9, kilómetro 1640.