Insólito. Un preso salteño, de 32 años, que se encontraba alojado en una celda de la Brigada de Investigaciones de Orán, tuvo que ser operado para poder retirar de su recto un celular.
Según trascendió, el interno fue víctima de otros, que ante rumores de una requisa tomaron la decisión de esconder el celular y no tuvieron mejor idea que introducirlo en el ano de la víctima.
El joven denunció lo ocurrido, y tras realizarle unas placas de rayos X se pudo observar el aparato.
El joven fue operado con éxito. Le retiraron el celular y se encuentra en buen estado de salud