Sección: Nacionales

Rosario

Murió esperando que lo atiendan en un hospital

El hombre de 64 años, era diabético y se movía en silla de ruedas. Acudió al centro de salud por dificultades para respirar.

Ilustrativa
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Eran poco más de las 14:30 cuando Juan Carlos Borini, de 64 años, llegó a la guardia del Hospital, estaba abrigadísimo. Era acompañado de una mujer joven, que lo trasladaba en su silla de ruedas. Tiempo atrás y por la diabetes le amputaron de su pierna izquierda. Al llegar al hospital, pidió ayuda inmediata. Decía que tenía problemas para respirar.

"Los pocos médicos que respondían a su reclamo le decían que estaban con urgencias inmediatas y que debería esperar", le reveló Beatriz a Infobae, en una charla telefónica.

Mientras tanto, Borini, permanecía a la espera en su silla de ruedas. Con dificultades para respirar y cada vez con menos fuerzas para reclamar.

Poco después de las 17, los médicos informaron que debían realizar un cambio de guardia. Y dejaron de atender. Borini ya no se quejaba más.

Fue cerca de las 20 cuando se desató el infierno en la sala de espera de la guardia. Borini parecía estar dormido desde hacía más de una hora, hasta que su postura en la silla llamó la atención de una persona que también esperaba ser atendida.

"Una señora que estaba ahí alertó a todos en voz alta y dijo que este señor estaba dormido pero que tenía el cuello torcido de una manera rara. Ahí, una persona lo fue a tocar y ahí notamos que ya estaba frío. Alguien le tomó el pulso, no tenía. Y ahí empezamos a los gritos", describió Beatriz.

Los pacientes de la guardia empezaron a gritar de manera desaforada para que los médicos salieran de sus consultorios y lo atendieran a Borini.

Al cabo de unos pocos minutos, los propios médicos de la guardia fueron los que constataron la muerte de Borini.

Sufrió una descompensación en la sala de espera de la guardia, donde se constató que había sufrido un paro cardiorrespiratorio. Se le realizaron tareas de reanimación durante unos 45 minutos, pero ese procedimiento no tuvo éxito.

Se inició un sumario interno para investigar responsabilidades y determinar por qué esta persona pasó ese tiempo sin ser atendida".

Un funcionario de la salud aseguró que era un paciente cotidiano del hospital y que sufría diferentes patologías. Indicó que el hombre de 64 años  diabético, hipertenso, padecía adicción crónica al alcohol y además tenía amputada una de sus extremidades inferiores.

Al malestar de los pacientes se sumó la crisis entre el personal médico. La persona que acompañaba a este señor se descompuso y también tuvo que ser atendida ahí.