Tomás Vega y su esposa se vieron perjudicados porque una aerolínea canceló el vuelo que debía llevarlos de Córdoba a Ezeiza para, desde ahí, abordar el avión que los llevaría a Estados Unidos. Denunció a la empresa y reclamó indemnización.
"Cuando las empresas cancelan vuelos, desaparecen completamente: abandonan el trato personal, te contestan con chats automatizados que no te dan una respuesta. Me fui manejando hasta Ezeiza y por suerte pude abordar el otro vuelo. Me devolvieron la plata del vuelo perdido, pero no el costo de la nafta, del estacionamiento del auto, etc.", explicó Vega a Cadena 3.
En ese momento, el abogado decidió llevar la situación hasta las últimas consecuencias. "Esto fue producto de un experimento jurídico que nunca imaginé que iba a salir tan bien. Quise demostrar que las empresas siempre lucran porque no esperan que uno se tome el trabajo de insistir y menos que la Justicia falle de esta forma", detalló.
El abogado reclamó durante seis meses y, como la empresa Latam no le dio una respuesta, inició un juicio. En el mismo, Vega pedía no sólo el reintegro de los gastos ($4 mil), sino también indemnización por daño moral y daño punitivo.
Finalmente, la Cámara Séptima de la Justicia de Córdoba rechazó el recurso de apelación de la compañía y confirmó el fallo de primera instancia. Por esto, la empresa no sólo deberá reintegrar los gastos, sino pagar $130 mil por daños.