El cuerpo de Elba Ibáñez fue encontrado el 28 de marzo al costado de la Ruta Nacional 60, en Catamarca. El único sospechoso del femicidio, Lorenzo Quiroga, un funcionario de la Municipalidad, se quebró y confesó haberla matado.
La víctima estaba embarazada y fue asesinada de un golpe en la cabeza. La última persona con la que había hablado antes de que la mataran fue Quiroga, tal como pudieron comprobar tras peritar el celular de la mujer.
La Justicia llegó a Quiroga después de peritar el celular de Ibáñez, ya que había sido la última persona que había hablado con ella y no descartan que el trágico desenlace estuviera vinculado con el embarazo de la mujer.
El fiscal de Tinogasta, Jorge Barros Risatti, ordenó el allanamiento de la casa del sospechoso el viernes pasado y en el lugar encontraron, entre otros elementos relevantes para la investigación, armas de fuego, lo que derivó en el arresto del funcionario. Su confesión horas después, cerró el círculo.
Ahora, se espera el resultado de las pruebas de ADN para determinar si el funcionario es el padre del bebé que esperaba la víctima. Una de las principales hipótesis es que Ibáñez iba a realizarse un aborto, porque en su bolso encontraron misoprostol y una suma importante de dinero.
Los familiares de la victima realizaron una marcha este domingo para pedir justicia. "Tenía un lobo con piel de cordero, lo tenía al asesino encubierto", dijo una de las hermanas de la chica al portal El Ancasti. Un funcionario catamarqueño mató a una mujer embarazada y confesó el crimen