A pesar del feriado en la Argentina por el Jueves Santo, se trató de una mala jornada para los activos argentinos.
En el exterior repercutieron las medidas anunciadas el miércoles por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y sus pares de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y de Producción, Dante Sica, con foco en el congelamiento de tarifas, créditos "blandos" financiados por la Anses disponibles para unos 18 millones de beneficiarios de jubilaciones y prestaciones sociales, y préstamos para la vivienda del plan ProCreAr.
El Riesgo País que mide la banca JP Morgan trepó 3,9% o 32 enteros para la Argentina, a 854 puntos básicos. Este indicador, que mide el diferencial de tasa de los bonos del Tesoro de los EEUU con sus pares emergentes, refleja el grado de desconfianza que impera en el mercado sobre la capacidad de repago de la deuda argentina.
El Riesgo País alcanzó así el nivel más alto en casi cinco años, desde el 17 de junio de 2014, cuando la Argentina transitaba un default "selectivo" por decisión de la Justicia de Nueva York. Entonces, el juez Thomas Griesa impidió el pago de vencimientos de la deuda reestructurada, durante el gobierno de Cristina Kirchner.
La mala recepción de los inversores a las medidas, que alejan las políticas oficiales de la austeridad fiscal y el objetivo de déficit primario "cero", se hizo evidente en las bolsas de Nueva York, donde los ADR de compañías argentinas resignaron hasta 8% en dólares, como ocurrió con los papeles bancarios (aunque quizás en una jornada de pocas volumen por papel).
En el caso de los bancos, el descenso de precios de los bonos soberanos, que integran buena parte de la cartera de los bancos, así como la extendida tenencia de Letras de Liquidez (Leliq), pieza importante en el actual de modelo de negocios de las entidades, lleva a caídas contundentes de las valuaciones en dólares para Grupo Galicia (-8%), BBVA Francés (-7,5%), Banco Supervielle (-7%) y Banco Macro (-7,9%).
Para los títulos del sector energético, la ola vendedora tiene que ver con el anuncio de congelamiento de tarifas dispuesto hasta fin de año por el Gobierno nacional, con el objetivo de quitarle impulso a una inflación más alta que lo previsto en los cálculos oficiales. En un 54,7% anual, es la más elevada desde enero de 1992, mientras que el alza de 4,7% del mes de marzo anticipa un número próximo al 4% para abril.
"Los datos de inflación de marzo fueron un baldazo de agua helada. Con todo, la clave pasará por ver si estos cambios (anuncios del BCRA y del Gobierno) logran descomprimir las expectativas de inflación o terminan afectando la confianza en el programa monetario", apuntó un reporte del Grupo SBS.