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El Gobierno estudia aplicar un nuevo aumento en el impuesto a los combustibles que impactaría en el valor en surtidores

Sin embargo estudia los movimientos de la inflación para que el impacto no sea tan alto

El Gobierno estudia aplicar un nuevo aumento en el impuesto a los combustibles que impactaría en el valor en surtidores

La Secretaría de Energía pretende aumentar, en los próximos tres meses, el impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC). No obstante, para terminar de aplicar la suba, monitoreará el impacto que puede tener la medida sobre el índice de inflación.

En lo que va del año se actualizaron los impuestos a los combustibles de nueve trimestres que habían sido prorrogados desde 2021. La actualización del 7% pasó al 26%, un incremento equivalente a $140 el litro en naftas, y un impacto de US$3000 millones por año en mayor recaudación que se coparticipa, de acuerdo a lo que presentó el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, ante empresarios en el Club del Petróleo.

En esa misma exposición, el funcionario agregó que “quedan $160 por litro en naftas y $100 por litro en gasoil para actualizar los próximos tres meses”. Pero aquí aparece un dilema. Entre las distintas variables que actualmente intenta resolver el equipo económico, una de las cuestiones troncales de su plan es evitar saltos bruscos en el índice de precios.

En rigor, el ministro de Economía, Luis Caputo, expresó recientemente que “la inflación de mayo se mantendrá por debajo del 5%”, generando optimismo en cuanto a la estabilidad económica. Asimismo, enfatizó que la aprobación de la Ley Bases que se trata este miércoles en el Senado, puede potenciar este proceso.

A raíz de esto es que en mayo, cuando estaba previsto que se aplique el último tramo del aumento parcial de los impuestos, el Gobierno decidió postergar por un mes la actualización del impuesto a los combustibles para evitar que la nafta sufra aumentos más fuertes bajo ese concepto y se traslade al índice de inflación general. Sin embargo, las petroleras actualizaron los precios de venta en el surtidor y subieron un 4% en promedio por la devaluación y la recomposición de la rentabilidad.

Finalmente, en junio se estableció un desdoblamiento para llevar a cabo la actualización de los gravámenes que había sido postergada. Así, los precios de la nafta y el gasoil aumentaron 4% promedio el sábado 1° de junio.