Argentina está cerca de recuperar la capacidad de caza e interceptación supersónica que se perdió en 2015. Este martes, el ministro de Defensa de Dinamarca, Troels Lund Poulsen, se reúne con Luis Petri en el edificio Libertador sede del ministerio de Defensa.
La agenda bilateral tiene como tópico exclusivo cerrar la operación de compra de cazas supersónicos F-16 Fighting Falcon para la Fuerza Aérea Argentina. También se hablará de cooperación bilateral y por la tarde el ministro danés disertará en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) sobre el conflicto entre Ucrania y la Federación Rusa.
El encuentro viene precedido del anticipo que hizo el 20 de marzo pasado Javier Milei en las redes. “Argentina comprará los aviones de combate F-16 estadounidenses al gobierno de Dinamarca. Es el mayor avance en Defensa de los últimos 20 años”, posteó el usuario “Milei Shelby”, sobre la adquisición y unos minutos después fue confirmada por el propio presidente que retuiteó el mensaje en su cuenta oficial. Es claro que la decisión política se tomó y no quedaría otra gestión más que la firma del contrato que explicaría la llegada del ministro danés.
La oferta había sido pausada por la incertidumbre política previa a la elección presidencial y luego el escenario de torniquete fiscal, Dinamarca extendió la el plazo a la Argentina en medio de requerimientos de Ucrania a la OTAN para contar con aeronaves F-16 en su guerra con la Federación Rusa.
La compra es por 16 ejemplares F-16 AM, (monoplaza modernizado) y 8 ejemplares F-16 BM (biplaza modernizado) pertenecientes a la Fuerza Aérea Real de Dinamarca, todos con upgrade de media vida (MLU) y en vuelo. El plan de pagos se extendería por 6 años para pagar el monto total de alrededor de 650 millones de dólares, 340 millones en aeronaves, repuestos, utilajes, bancos de prueba y herramientas y 310 millones para el armamento norteamericano.
Se necesitan 30 millones de anticipo luego la operación se financia a un 2 por ciento, generoso beneficio que permite el Foreign Millitary Financing (FMF) un programa de la Agencia de Seguridad y Cooperación para la Defensa del gobierno de los EEUU, a través del cual determinados gobiernos extranjeros elegibles (aliados) adquieren equipamiento, servicios y entrenamiento al gobierno de EEUU. Los aviones son de dotación de la fuerza aérea danesa, pero los fabrica la compañía estadounidense Lockheed Martin y por eso intervino el Congreso y la administración Biden que autorizaron la transferencia a la Argentina en 2023.
El contrato se encuentra listo para la firma desde octubre de aquel año, ahora habrá que reformular el cronograma de cuotas. Se llegó a esta instancia tras 9 años de peregrinación en la que circularon diferentes proyectos/ofertas desde Mirage F-1M (Francia), KFir Block 60 (Israel) como transición a un caza de 4° generación y las más actuales, MIG-35 (Federación Rusa), HAL Tejas (India), Thunder JF-17 (China) y el favorito seleccionado F-16 A/B MLU de la Fuerza Aérea Real de Dinamarca. "No puede prescindirse del concepto de Fuerza Aérea aquello que hace a su verdadera esencia que son los aviones de combate".
Fueron las palabras que pronunció en diciembre de 2015 el entonces titular de la fuerza, brigadier general Mario Callejo en el acto final de la vida operativa del Mirage que tuvo lugar en Tandil. Hito que marcó la perdida de una capacidad esencial en el control y disuasión del espacio aéreo soberano.
Con menos suerte transitó su sucesor brigadier general Enrique Amreim que no pudo poner en agenda la cuestión cazas durante el gobierno de Macri hasta que el siguiente mandamás de los aviadores militares, brigadier general Xavier Isaac tomó una posta compleja por la situación económica del país y la zigzagueante orientación internacional de la administración de Alberto Fernández. Sobre el final de gestión del Frente para la Victoria y la llegada de LLA a la Casa Rosada, la brújula geopolítica de Javier Milei se reorientó al Norte y favoreció el avance de la opción F-16 A/B MLU de la aviación militar de Dinamarca. Opción que cerró la posibilidad de ingreso de China a la región con su avión Thunder JF-17 el otro competidor que estuvo en la gatera.
La oferta danesa de F-16 recibió un inesperado sprint con la designación de Isaac al frente del Estado Mayor Conjunto, conocía en detalle los caminos de la negociación por haberlos recorrido durante la jefatura en la fuerza que ahora conduce el brigadier mayor Fernando Mengo. Dinamarca al igual que Noruega, vendedor de 4 aviones de exploración y vigilancia marítima de fabricación estadounidense, Orión P-3C/N para la Aviación Naval cuyo primer pago liberó Economía la semana pasada, están entre “las prioridades de enlace estratégico con potencias intermedias” como gusta definir ahora la política internacional de Defensa.
Claro, se empezó por los medios y de allí a la validación con enunciados estratégicos ¿no sería al revés? Dinamarca y Noruega pertenecen a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) la alianza militar de países de Europa y Estados Unidos para garantizar la seguridad y libertad de sus miembros. La adquisición de aviones de integrantes de la alianza atlántica que además son originarios de los Estados Unidos (autorizó la cesión de los aparatos) es una señal contundente de la vocación de reinsertar a la Argentina en la agenda de compromisos globales, con sus beneficios y riesgos.
Dinamarca es uno de los países que se comprometió a transferir 19 aviones F-16 a las fuerzas ucranianas destinados a combatir a la Federación Rusa. Los cazas F-16 no tienen componentes de origen británico una ventaja frente a obstáculos políticos del Reino Unido. Londres no podrá ejercer el veto herramienta incomprensible a 42 años de la finalización del conflicto del Atlántico sur. Las características y performance de estas aeronaves requieren inversión en infraestructura para tareas de mantenimiento, se había incluido una partida en la ley de Presupuesto Nacional de 2024 que no se votó.
El arribo del caza F-16 además de los Orión, ambos productos del grupo fabril Lockheed Martin brinda una oportunidad para el desarrollo tecnológico de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA). La planta cordobesa, concesionada a Lockheed Martin en los 90 conserva la vinculación técnica, presta servicios de modernización y mantenimiento a otro avión de Lockheed Martin, el C-130 Hércules y está habilitada para ofrecer upgrade de Hércules a otros clientes militares.