En medio de una fuerte crisis en el peronismo, sin liderazgos claros, volvió a aparecer en escena la exvicepresidenta, Cristina Kirchner. En este caso lo hizo a través de una clase magistral, “Sigue siendo la economía bimonetaria, estúpido”, esta vez en Merlo.
“El problema es la economía bimonetaria y la escasez de dólares, lo advertimos en febrero”, comenzó su discurso CFK. Y agregó: “No es lo mejor que le puede pasar al país el déficit fiscal, pero alguna razón debe haber para que muy pocos países del mundo tengan superávit fiscal”.
En otro tramo de su alocución, le dedicó un mensaje a Milei: “Presidente, largue la escuela austríaca, cace el manual argentino y por favor siéntese a gobernar el país”. Y desafió: “Aprovecharía ese ímpetu que tiene para ver si puede lograr un esquema de vencimientos que sea compatible con la capacidad de pagos del país”.
Respecto del tan mentado déficit cero, afirmó: “No es lo mejor que le puede pasar al país el déficit fiscal, pero alguna razón debe haber para que muy pocos países del mundo tengan superávit fiscal”. Y remarcó: “El resto de los países tienen políticas que necesitan, no son degenerados fiscales”.
Y volvió a cuestionar al gobierno nacional: “La gracia está en que la gente coma y vos puedas administrar el Estado también”. Y chicaneó: “No pagando deudas, ahogando provincias, parando obras...así cualquiera tiene déficit cero”.
Sin embargo, elogió al mandatario por la salida del funcionario del FMI, Rodrigo Valdés, en la negociación con la Argentina.
“Si estábamos tan bien, ¿por qué te creés que vino el peronismo, hermano? A ver si los gorilas se avivan un poco alguna vez”, desafió Cristina Kirchner al Presidente, que suele hacer un raconto histórico de cómo era el país 100 años atrás.
La exvicepresidenta cuestionó el rumbo de la economía y aseguró que “Milei no tiene un plan de estabilización, no es que hay un rezago de inflación”. Y añadió: “Por eso es la economía bimonetaria, estúpido. Porque la gente se va a atesorar en dólares”.
Y volvió a apuntar contra el jefe de Estado: “Ver un presidente que habla todo el tiempo de ‘los voy a dejar como un mandril’, de vaselina...la palabra del Presidente es muy importante”. Y reafirmó: “Las palabras de un Presidente no pueden contener violencia, simbólica o explícita. La palabra de un presidente tiene que ser sanadora”.
