El próximo 14 de agosto Cristina Kirchner declarará en el juicio sobre el intento de magnicidio que sufriera el 1 de septiembre de 2022. Hay expectativa de que insista con su reclamo para que se investigue a los presuntos autores intelectuales.
El juicio por el intento de magnicidio que sufrió la entonces vicepresidenta comenzó el 26 de junio de este año en los tribunales federales de Comodoro Py. Los acusados son Fernando Sabag Montiel (quién gatilló dos veces a centímetros de su rostro), Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, integrantes de "La banda de los copitos". Cristina Kirchner cuestiona que no estén los autores intelectuales del intento de magnicidio.
Con distintos roles, los tres son juzgados por "tentativa de homicidio doblemente calificado por alevosía, por ser planificado entre dos o más personas y agravado por el uso de un arma de fuego". Sabag Montiel fue apresado luego de que intentara asesinar a la expresidenta cuando llegaba a su casa en el barrio porteño de Recoleta. En imágenes del hecho se lo ve entre otros manifestantes intentando acercarse a Cristina. Cuando estuvo a centímetros de ella, le apuntó a su rostro con un arma y gatilló dos veces.
Brenda Uliarte está implicada como autora del intento de asesinato. Aquel día estuvo con Sabag Montiel, lo acompañó hasta la casa de la expresidenta y se la vio en imágenes irse del lugar con disimulo. Las pruebas en su contra no terminan ahí. En la causa hay varios chats de Whatsapp donde Uliarte habla de su plan de asesinar a Cristina Kirchner.
Por su parte, Nicolás Carrizo está implicado por ser el dueño de un negocio de copos de azúcar que la pareja Sabag Montiel-Uliarte usaron como pantalla para los movimientos en la zona de la vivienda de Cristina Kirchner y por mandar mensajes incriminatorios el día del atentado. "Recién intentamos matar a Cristina" y "mi empleado le quiso disparar", fueron algunos de los chats que envió esa noche Carrizo.
Cristina está informada de todo a través de sus abogados José Manuel Ubeira y Marcos Aldazábal. Son quienes delinean la estrategia judicial, pero siempre en articulación con la exmandataria y su equipo de colaboradores más cercanos.
Ante sus interlocutores habituales insistió en que “gracias a Dios” no está en su memoria el momento en el que Sabag Montiel gatilló a centímetros de su cara. Hecho que relató con lujo de detalles el propio acusado sin que le temblara la voz. La conmoción a nivel humano es inevitable, dice alguien que la acompaña en forma cotidiana desde hace años.