Tras la reciente entrevista que brindó Máximo Thomsen sobre el crimen de Fernando Báez Sosa, otro de los rugbiers que se encuentran condenados por el asesinato, Matías Benicelli, difundió una carta desde la cárcel en donde se diferenció de su amigo y pareció terminar de romper con el pacto de silencio que llevaban a cabo.
“Siento más la muerte de Fernando que mi propia existencia”, dijo Benicelli en la misiva que le envió desde el penal al periodista Diego Estévez, quien la difundió en A24.
El joven se despegó de Thomsen y aseguró que no todos los que estuvieron la noche del crimen fueron asesinos. Incluso sostuvo que hubo un "pelotón de fusilamiento que a patadas sesgó la vida de Fernando".
“Ni fui uno de los que salían a buscar peleas por Zárate con otros grupos para jactarme de esas supuestas hazañas. Estuve en el lugar y momento equivocado. Porque fui de vacaciones a Villa Gesell con un grupo de 9 personas. Y las causas que no justifico y los actos de algunos que nunca terminé de entender, terminaron absurdamente con una vida de un adolescente de 20 años”, expresó Benicelli.
La carta completa de Matías Benicelli
"Querido Diego. Te agradezco la posibilidad de decir lo que no puedo, porque no tengo medios más que lo que escribo, para que sepas que siento más la muerte de Fernando que mi propia existencia.
Y no hay palabras para decir el dolor que me causa su ausencia. Sin el consuelo de su presencia en este mundo, solo me queda la esperanza de que esté junto a Dios iluminándonos el camino.
Tengo una hermana mayor que es preciosa y un hermano menor de 17 años a quienes quiero y extraño cada día, una mamá amorosa y un padre que es mi ejemplo de trabajo, de esfuerzo y de dignidad de vida. Con ellos aprendí el valor de la familia, a creer en Dios y a sostener valores que hoy, más que nunca, me sostienen en la prisión en la que estoy.
Nunca fui parte de un pelotón de fusilamiento que a patadas sesgó la vida de Fernando. Ni fui uno de los que salían a buscar peleas por Zárate con otros grupos para jactarme de esas supuestas hazañas. Estuve en el lugar y momento equivocado. Porque fui de vacaciones a Villa Gesell con un grupo de 9 personas. Y las causas que no justifico y los actos de algunos que nunca terminé de entender, terminaron absurdamente con una vida de un adolescente de 20 años. La misma edad que yo tenía.
Por eso entiendo a los jueces que me condenaron y sobre todo comprendo y justifico a los padres de Fernando. Porque ellos creen que todos los que estuvimos aquella noche fuimos sus asesinos.".