El Congreso debatirá la próxima semana la Ley Ómnibus que presentó el Gobierno, con los cambios que se negociaron en comisión. Una de esas modificaciones fue sobre el cálculo de la movilidad jubilatoria. Aunque el oficialismo pretendía derogar la fórmula, finalmente aceptó aplicarla en marzo y, a partir de allí, ajustar por inflación.
Como publicó TN, la forma vigente de calcular la actualización de las prestaciones desembocó en una licuación de los haberes. Sin embargo, un trabajo del economista Nadin Argañaraz muestra que la propuesta que se debatirá en el Congreso también es deficiente para recomponer los ingresos de los jubilados.
“Aplicar un ajuste en base a una inflación pasada en un contexto de baja de la inflación provoca una mejora de los ingresos en términos reales, es decir, durante los últimos 9 meses del año. El punto clave es si esta suba alcanza a compensar la caída real que tendrán los haberes durante el primer trimestre del año. Mucho más relevante es si alcanza a compensar parte de lo perdido en los últimos 6 años”, explicó Argañaraz.
Según el análisis del economista, en el primer trimestre del año un jubilado con la mínima que cobre bonos tendrá una pérdida real del 32% respecto al primer trimestre de 2022. En los 9 meses restantes de 2024, este mismo jubilado tendría una caída real de su ingreso del 11% respecto a igual periodo de 2022.
“Cuando se analizan conjuntamente ambos períodos, se llega a la conclusión que durante 2024 los jubilados volverían a perder poder adquisitivo. La pérdida real sería del 16,4% respecto a 2023, confirmando el séptimo año consecutivo de caída real. En el año 2024 perderían el equivalente a 3,8 jubilaciones mínimas del año 2017″, indicó Argañaraz.