Tras meses de actividad casi nula el Senado reactivará varias comisiones mañana e intentará consumar lo que busca desde hace semanas: sesionar este miércoles para aprobar pliegos judiciales ya dictaminados -algunos, de relevancia- y dar ingreso a otras postulaciones sensibles que interesan al Gobierno, las cuales deberán ser tratadas en la comisión de Acuerdos.
El problema principal que tiene el Frente de Todos, siempre y cuando blinde primero a su propio interbloque -ya tuvo dificultades-, es convencer a un puñado de legisladores de la bancada “federal”, que se separó del kirchnerismo en febrero pasado. Si consigue dicha tarea y suma a sus aliados -como la misionera Magdalena Solari Quintana y el rionegrino Alberto Weretilneck-, tendría chances de sumar 37 votos y lograr el tan ansiado quorum, ya que la intención de Juntos por el Cambio es no ayudar al oficialismo.
Para consumar dicha tarea, el kirchnerismo que maneja Mayans empuja guiños suaves hacia el interbloque federal con el tema comisiones. Por caso, mañana se conformará la de Asuntos Constitucionales, que continuaría en manos del jujeño Guillermo Snopek, uno de los que se alejó del kirchnerismo en febrero pasado. Días atrás, la misma no se pudo reunir por una picardía con un proyecto que volvió a presentar el cuñado y supuesto archienemigo del gobernador provincial, el radical y candidato a vicepresidente Gerardo Morales.
Otro gesto de distensión será dedicado al -más serio y discreto- peronista entrerriano Edgardo Kueider, que hace largos meses reclama el debate de una iniciativa suya sobre disminución de tarifas eléctricas por la discriminación a su distrito. Para ello, el kirchnerismo llamó mañana a una reunión de la comisión de Minería, Energía y Combustibles. En dicha jornada también podría firmarse el despacho de un proyecto ya aprobado por Diputados -en abril pasado- y frenado hasta ahora en el Senado: el que mejora la legislación vigente sobre la prevención y represión del lavado de activos, la financiación del terrorismo y el financiamiento de la proliferación de armas de destrucción masiva, un texto que adopta sugerencias del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).
Durante el debate en la Cámara baja, la discusión más importante de la iniciativa se dio a instancias de la oposición -Juntos por el Cambio y el interbloque federal, entre otros-, por la observación que realizó sobre el dictamen de mayoría que empujó el kirchnerismo y, en disidencia parcial, el PRO. La lupa apuntó a la forma de designar a las autoridades de la Unidad de Información Financiera (UIF), que dependerá del Ministerio de Economía.
Cerca de la hora de la votación, Juntos por el Cambio evitó el papelón: se encolumnó detrás del dictamen de minoría y rechazó -en general- el proyecto, para luego solicitar un par de modificaciones -en el debate en particular de la iniciativa- que el kirchnerismo no convalidó. Ahora, la decisión del cristinismo senatorial es la de acelerar un texto que estuvo sugerido en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para el que necesitará la ayuda del interbloque federal. Por caso, en la Cámara baja, Máximo Kirchner avaló el proyecto.