Por segunda vez en la historia argentina, el debate por la legalización del aborto llega a una instancia definitoria. Como en 2018, el Senado de la Nación resolverá si sanciona o no la ley que prevé legalizar una práctica que -hasta ahora y desde 1921- sólo se contempla para casos puntuales, tales como los embarazos fruto de violaciones o aquellos que ponen en riesgo la salud de la madre.
El 11 de diciembre pasado, la Cámara de Diputados -con 131 votos a favor, 117 en contra y 6 abstenciones- le dio media sanción al proyecto presentado por el Gobierno de la Nación que, entre otras cosas, legaliza la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación. Y aprobó también -con 196 votos a favor, ninguno en contra y 6 abstenciones- la llamada “Ley de los 1000 días” que garantiza el acompañamiento material y humano de aquellas mujeres que deseen continuar con sus embarazos. Ambos, serán definidos por el Senado de la Nación el próximo martes 29 de diciembre y el debate promete ser caliente y ajustado por diversas razones. Veamos.
El pronóstico
La cámara alta está compuesta por 72 senadores/as de los cuales -a priori- uno estará ausente. Se trata del tucumano José Alperovich, de licencia a raíz de una grave denuncia por supuesta violación y abuso, efectuada por su sobrina. Quedan -entonces- 71 legisladores/as más la presidenta del cuerpo Cristina Fernández. La vicepresidenta de la Nación no es senadora, razón por lo cual no habla en el debate y sólo vota en caso de empate.
Apenas ocurrió la media sanción de diputados, el Senado exhibía un pronóstico ajustadamente favorable al rechazo del proyecto: 35 a 33, con 3 indecisos (Juan Carlos Marino, Lucila Crexel y Stella Olalla).
El número se modificó con la internación del senador y expresidente Carlos Menem (en contra de la IVE). El riojano se encuentra con un cuadro delicado que -casi con seguridad- lo dejará afuera del debate restándole un voto a la “bancada celeste”: 34 a 33.
El momento de la firma del dictamen le aportó ingredientes aún más tensionantes al pronóstico. La rionegrina Silvina García Laraburu, histórica militante “provida” sorpresivamente acompañó con su firma el proyecto oficial y la balanza -así- se dio vuelta en favor de los “verdes”, 34 a 33.
Pero la definición de uno de los tres indecisos llevó alivio al sector celeste. El pampeano radical Juan Carlos Marino, apremiado quizás por la necesidad de renovar su banca en 2021, resolvió votar en contra y así evitar un disgusto en su provincia, mayoritariamente celeste.
Así se llega al próximo martes: con un virtual empate 34 a 34 y con dos senadoras indecisas. Pero no es todo tan lineal ni previsible, ya que dos de los firmantes del dictamen en favor de la IVE lo hicieron “en disidencia”. Se trata del entrerriano Edgardo Kueider (Frente de Todos) y Ernesto Martínez (Juntos por el Cambio). Pese a mostrar un gesto favorable, sus votos son un misterio. Si no acompañan “en general” el dictamen oficial y se abstienen, la balanza se inclina al lado celeste.
¿Quiénes son las indecisas?
Una de ellas es la radical entrerriana Stella Maris Olalla. Docente, ex funcionaria del gobernador Sergio Montiel, no se ha pronunciado demasiado sobre el tema. Hace un año, consultada por el Diario Río Uruguay, sostuvo:
“Yo no he profundizado (en los actuales proyectos en danza) pero lo que sí he profundizado como docente es la Educación Sexual, entendiéndola como absolutamente necesaria y eso no se fue haciendo. Es vital ese debate para que luego no tengamos que padecer las consecuencias que se dan en la sociedad. Nadie puede obligar a una persona a hacerse un aborto o a no hacerlo”.
El Comité Provincial de la Juventud Radical y UCR Diversidad Entre Ríos escribieron una carta destinada a Olalla, titulada “Querida Stella”. Dice:
“Sabemos que es una decisión difícil, pero votar afirmativamente esta ley es una muestra de valentía, empatía y de sororidad. Seguramente muchos, hoy no lo entenderán, pero usted sabe que está siendo parte de una ampliación de derechos histórica en nuestro país. Como hoy reivindicamos a muchas mujeres radicales que han bregado por la ampliación de derechos, estamos seguras de que en el futuro recordaremos su nombre con orgullo. Lo que hoy se vota va a cambiar la historia de las mujeres que vendrán, pero también la de nosotras mismas que buscamos ser dueñas de nuestras decisiones, de nuestros cuerpos y de nuestras vidas”.
El otro caso es el de la Senadora Lucila Crexel. En 2018 la neuquina se abstuvo. Por lo poco que trascendió, Crexel no comparte la idea de penalizar a una mujer que se practica un aborto, pero no comparte en su totalidad las posturas del sector verde, en especial de la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito. Y al parecer es esa la razón de la duda sobre cómo votar.
¿Desempata Cristina?
Cristina Fernández está a favor del proyecto de legalización del aborto. Pero el/la Presidente/a de la Cámara no es un senador. Por lo tanto no puede hablar durante el debate, solo ordenarlo. Y la única oportunidad de votar es en caso de que haya un empate, como ocurrió el 17 de julio de 2008 cuando Julio Cobos definió el debate por las retenciones móviles, votando en contra del proyecto de Cristina Fernández.
La percepción que uno tiene es que hoy la presidenta del cuerpo tiene sensaciones encontradas. Por un lado no quiere tener que desempatar ya que su voto a favor del proyecto de la IVE le traerá problemas con la Iglesia Católica, especialmente con el Papa Francisco.
Fuente:TN