Finalmente, Uruguay consiguió modificar la reforma previsional y elevó de 60 a 65 años la edad jubilatoria y permite que una persona mayor de esa edad pueda seguir trabajando y con la condición de aportar al régimen mixto, entre estatal y privado.
Para el presidente, este sistema fue “muy solidario” y por eso era necesario que los uruguayos trabajen durante más años de manera formal. “Cada vez son más los impuestos que se usan para solventar el sistema jubilatorio. No alcanzan con los aportes directamente involucrados a la seguridad social para sostener el sistema”, lanzó.
La aprobación de la reforma previsional en el Congreso
La reforma fue aprobada por 17 votos (toda la bancada oficialista, menos uno) sobre un total de 28 senadores. La Cámara alta hizo reformas al texto que había sancionado Diputados y ahora solo resta que el Poder Ejecutivo promulgue la norma.
El texto llevó meses de negociaciones hacia adentro de la coalición gobernante y también con el opositor Frente Amplio, que hizo lo posible para que la reforme no sea tan dura y finalmente no la apoyó.
Las claves de los cambios jubilatorios en Uruguay:
- La edad jubilatoria pasa de 60 a 65 para hombres y mujeres, salvo en algunos sectores, como el rural y de la construcción.
- Se necesitarán 30 años de aportes, y los que tengan 38 años de servicios podrán jubilarse antes.
- Los mayores de 65 podrán seguir trabajando, pero no en el sector al que pertenecían. Además, deberán continuar haciendo aportes del 15 por ciento a la seguridad social.
- El nuevo régimen se aplica para los nacidos a partir del 1 de enero de 1973. Ellos se jubilarán a los 61 años, los que nacieron en 1972, a los 62; y así progresivamente hasta 1977.
- Cambia el sistema de cálculo: la jubilación mínima se computará sobre la base de 20 mejores años de aportes.
- Se mantiene el sistema mixto: Banco de Previsión Social + AFAP.
- Se disminuyen los aportes a la Previsión Social estatal.
- Se crea el Sistema Previsional Común, donde confluirán las cajas de aportes de todos los sectores.
- Se crea un tercer subfondo para quienes empiecen a trabajar siendo mayores de 40 años.
Inmediatamente después de que se aprobó la norma, el presidente Lacalle Pou celebró el logro a través de un video grabado previamente. Allí insistió con que, en la actualidad, para pagarle a un jubilado “no alcanza con los aportes de los directamente involucrados a la seguridad social”.
Dijo que “la relación activo-pasivo se ha ido disminuyendo y generando riesgos” y calificó a la reforma como “urgente y necesaria” debido a “expectativa de vida cada vez más larga y la baja de la tasa de natalidad”.
Además, celebró haber cumplido su promesa de campaña: “No podría mirarlos a los ojos después teniendo las mayorías suficientes y la oportunidad de hacer las cosas y haberlo dejado pasar. Con tranquilidad digo que hay reforma y estén tranquilos de que hay futuro”.