Yi Yang y Xiaodong Song, dos investigadores del Instituto de Geofísica Teórica y Aplicada de la Universidad de Pekín, en China, acaban de publicar en la prestigiosa revista Nature Geoscience un estudio sobre el comportamiento del núcleo de la Tierra que ha sorprendido a la comunidad científica. De acuerdo con los datos obtenidos por los científicos, la velocidad de rotación del núcleo terrestre se habría hecho más lenta en los últimos años y, además, habría empezado a girar en el sentido contrario, es decir, hacia el oeste.
Para llegar a estas conclusiones los investigadores han analizados las ondas sísmicas producidas por casi 200 terremotos en dos puntos muy alejados de la Tierra: Alaska (cerca del polo Norte) y las Islas Sandwich del Sur, (cerca de la Antártida). De esta manera la medición de la velocidad del desplazamiento de las ondas a través de las capas permite conocer mejor qué está ocurriendo en el interior del centro del planeta.
Los investigadores sugirieron que este fenómeno se podría llegar a tratar de un patrón geológico cíclico de la Tierra que ocurre cada 70 años.
Es probable que el movimiento del núcleo acelere y luego desacelere una vez más, llegando a otro punto muerto aparente en la década de 2040 y completando su último ciclo de giro hacia el este y el oeste.
Las consecuencias
"Los datos sugieren que el núcleo interno podría incluso estar en proceso de volver a la subrotación. Si es así, es probable que algo esté sucediendo con las fuerzas magnéticas y gravitatorias que impulsan la rotación del núcleo interno. Dichos cambios podrían vincular el núcleo interno con fenómenos geofísicos más amplios, como aumentos o disminuciones en la duración de un día en la Tierra", publicaron en la revista.
Los cambios que provoca este fenómeno son sutiles: Podría haber modificaciones en el campo magnético del planeta, o incluso alterar la duración de un día volviéndolo ligeramente más corto por algunos segundos. De hecho ya se sabe que las 24 horas no fueron nunca exactas, sino que aumentan y disminuyen en una fracción de milisegundo cada seis años.
El debate, en este caso, apunta a preguntas más profundas sobre la formación de la Tierra y cómo sus capas internas sustentan la vida en su superficie, algo que puede ayudar a los estudios de habitabilidad en planetas rocosos que giran alrededor de otras estrellas.
No obstante, cualquier situación o efecto del centro del planeta sobre otros fenómenos se vuelve rápidamente especulativa, ya que el comportamiento del núcleo en sí sigue siendo una cuestión controvertida.
Las conclusiones del estudio aseguran que “estas observaciones proporcionan una evidencia de que existen interacciones dinámicas entre las distintas capas de la Tierra, desde el interior más profundo hasta la superficie, posiblemente debido al acoplamiento gravitatorio y al intercambio de momento angular desde el núcleo y el manto hasta la superficie".
Fuente: Perfil