Al menos ocho hombres armados con fusiles, vestidos con uniformes que parecían de la Policía Federal y a bordo de camionetas que tenían pegadas insignias de la fuerza, entraron el jueves a un galpón de exportación del aeropuerto de Guarulhos, sorprendieron a los agentes y se llevaron 750 kilos de metales preciosos —720 de oro—, que iban a ser transportados a Zúrich y a Nueva York. El golpe, por un valor estimado de unos 30 millones de dólares, fue confirmado por la firma GRU Airport, que administra la principal terminal aérea de Sao Paulo.
Los criminales se fueron con el botín en los mismos vehículos en los que arribaron, y los dejaron a unos 12 kilómetros de distancia del aeropuerto. Por el momento, la Policía no tiene rastro de ellos.
Si bien hubo un importante trabajo de inteligencia previo, se cree que el factor decisivo para que el golpe resultara exitoso fue el secuestro la noche anterior de un supervisor de logística y su familia. Así obtuvieron la información necesaria para saber dónde y cuándo encontrar el cargamento.
La investigación está aún en curso y las fuerzas federales desplegaron un impresionante operativo para encontrar a los delincuentes. Pero en las últimas horas se conocieron varios detalles de un robo casi sin precedentes en Brasil:
El secuestro. La banda irrumpió el miércoles a las 06.00 PM a la casa del empleado del aeropuerto, ubicada en el distrito São Miguel Paulista de Sao Paulo. El supervisor logístivo estaba junto a otros dos hombres, dos mujeres y cuatro niños. Todos miembros de su familia.
Los mantuvieron como rehenes durante 21 horas, según informa O Globo, citando fuentes de la Policía Federal de Carreteras (PRF). Los liberaron, ilesos, el jueves a las 03.00 PM, cuando el robo ya había sido consumado.
Dos minutos y medio. Solo 150 segundos les tomó a los criminales concretar el atraco. Las camionetas frenaron de golpe en la entrada del galpón a las 02.30 PM del jueves. Los hombres que iban en la primera bajaron encapuchados y armados, sin cerrar las puertas. Primero redujeron al jefe de seguridad y luego obligaron a un empleado a depositar en el vehículo los metales preciosos con un montacargas. Luego tomaron a un rehén y se fueron a toda velocidad, sin disparar una sola bala.
La Mitsubishi utilizadas en el robo fueron encontradas en las calles de Jardín Pantanal, en la zona este de Sao Paulo, a unos 12 kilómetros del aeropuerto. Ninguna de las dos había sido robada. La identidad de los propietarios no fue revelada, pero están tratando de localizarlos.
En el mismo lugar en el que dejaron los vehículos traspasaron el cargamento de oro a otras dos camionetas, ambas de color blanco. Una de ellas parecía ser una ambulancia. "Estaban encapuchados y armados hasta los dientes. Fue todo rápido, luego dejaron al rehén y se fueron", contó un testigo que vio todo desde su casa a Folha de S.Paulo.
De allí se fueron rumbo al interior del estado. Según el periódico paulista, la Policía encontró el jueves a la noche los otros dos vehículos abandonados, pero no precisó la ubicación precisa.
Nueve personas fueron citadas a declarar el jueves a la noche en el Departamento Estatal de Investigaciones Criminales (Deic), en la zona norte de Sao Paulo. Entre ellas estaba el empleado del aeropuerto cuya familia fue secuestrada, y los cuatro adultos que estaban con él en la casa. Ninguno quiso hablar con la prensa local. También interrogaron a otros empleados de la terminal aérea.
Fuente: Infobae