Apenas dos semanas después de que el caso de Rayan conmoviera al mundo, otro nene cayó en un pozo y permanece atrapado, esta vez en Afganistán. Se trata del pequeño Haidar, de nueve años, que quedó bloqueado a 25 metros de profundidad en la localidad de Shokak, provincia de Zabul.
“Un equipo está allí con una ambulancia, oxígeno y otras cosas necesarias para socorrer al nene, cuya salud es buena y pide comida y agua”, dijo en Twitter Abdullah Azzam, secretario del viceprimer ministro Abdul Ghani Baradar.
No se dieron a conocer las circunstancias en las que el niño cayó al pozo seco.
El jueves, videos divulgados por redes sociales muestran al nene vestido de suéter azul atrapado en el fondo del pozo, con la espalda contra la pared, moviendo visiblemente los brazos y la parte superior del cuerpo.
En uno de los videos se escucha al niño llorar y gemir, y en otro se le oye hablar con su padre.
“Haidar, háblame, estamos tratando de sacarte. ¿Estás bien, mi hijo? Háblame y no llores, estamos trabajando para sacarte”, le dice el padre.
“De acuerdo, voy a seguir hablando”, responde el chiquito.
Los socorristas usaron excavadoras para abrir grandes zanjas en la tierra e intentar acceder al pozo.
Los equipos de emergencia “trabajan para garantizar que el niño no sea lastimado por el colapso del pozo”, dijo un vocero de los gobernantes talibanes. “El ministerio de Defensa está listo para enviar material por helicóptero de ser necesario”, agregó.
El accidente recuerda al ocurrido recientemente en Marruecos con el pequeño Rayan, de cinco años, quien cayó a un pozo seco y fue hallado sin vida cinco días después tras un importante operativo de rescate.
El drama de Rayan provocó conmoción internacional y una ola de solidaridad en el mundo árabe.