Huggy Wuggy es uno de los personajes que acechan a los jugadores de Poppy Playtime, un videojuego de terror ambientado dentro de una fábrica de juguetes. Si bien el juego está orientado a adolescentes, el muñeco ganó popularidad entre los más chicos y desde hace un tiempo en las redes circulan videos en los que aparece de manera tenebrosa y amenaza con matar a los espectadores.
Por eso los especialistas advierten que es importante crear perfiles para segmentar los videos de Youtube y acompañar a los chicos en el mundo digital para evitar miedos y posibles traumas en los más chiquitos.
Quién es Huggy Wuggy y por qué estar atentos al personaje
Huggy Wuggy es el nombre del muñeco azul que, en principio, se exhibe como un personaje inocente, tanto en el juego Poppy Playtime como en los videos con su imagen. En el caso del juego, a medida que se avanza, el objetivo es escapar del monstruo que rápidamente se muestra siniestro.
Sin embargo, la imagen de Huggy Wuggy trascendió el videojuego y sus características llevaron a que se popularizara entre chicos de una franja edad de entre 6 y 8 años y que incluso piden al “juguete” y quieren ver sus videos.
El problema en los videos radica en el contenido: el muñeco amenaza con “asfixiar” hasta matar a quienes lo vean. Además, también circulan muchas de las escenas violentas que suceden al jugarlo, no adecuadas para cortas edades.
“Las escenas de terror superan la capacidad de procesar de los chicos”, explica a TN la psicóloga Maritchu Seitún, experta en crianza, que integra y coordina los equipos de Psicología de Niñez y Adolescencia del Centro Médico Domingo Savio en San Isidro.
“Esto puede traer consecuencias en el sueño, por ejemplo, sucede que no quieren irse a dormir y menos si quedan solos, o tienen pesadillas, miedos. Hay ansiedad aumentada, síntomas como tics, tartamudeo, rituales obsesivos, comerse las uñas, dolores varios, especialmente de panza o de cabeza”, describe como consecuencia de cualquier contenido violento al que pueden acceder los más chiquitos en la web si no hay una supervisión de un adulto.
“Además hay muchas otras formas que tiene esa personita de liberar el estrés que les genera. También pueden pasar ‘a la acción’ persiguiendo y asustando, amenazando a otros de forma parecida”, agrega.
“Acá nos damos cuenta de lo fácil que es que los chicos vean cosas que, al no ser para su edad y maduración, les resultan tóxicas y les traen consecuencias”, dice Seitún.
En ese sentido, plantea que es indispensable el monitoreo adulto. “Las redes no cuidan a los chicos y ellos no tienen criterio como para cuidarse a sí mismos”, señala.
“Al estar cerca podemos prohibir y explicar por qué lo hacemos, acompañarlos a elaborar lo que vieron para que no deje secuelas e ir enseñando criterios saludables de elección para ellos, pero lleva años que no se dejen tentar por ‘piedritas de colores’”, indica.
Esta no es la primera ocasión en la que chicos de edades más tempranas se topan con contenidos para un público mayor en redes y en Internet en general. Hace pocos meses, el éxito masivo de la serie de Netflix El Juego del Calamar. Otro antecedente, algunos años atrás, también en los videos online, lo constituyen los relacionados con la serie infantil Peppa Pig: circularon algunos con contenido de violencia sexual y en los que se hablaba de suicidio.
Fuente: TN