Se está trabajando en un paquete de financiamiento por 40 millones de dólares para facilitar la compra por parte del gobierno argentino, una operación de enorme impacto geopolítico en la cual Washington compite directamente con China, que ha ofrecido la venta de aviones JF-17 de Pakistán.
El Gobierno debe decidir ahora si concreta esta operación, si acepta la oferta de China, o si posterga cualquier decisión para modernizar la flota de la Fuerza Aérea y la Armada. Además de la venta de F-16, el gobierno norteamericano también allanó el camino a una compra de cuatro aviones P-3 de Noruega.
La vicesecretaria adjunta de Seguridad Regional del Departamento de Estado, Mira Resnick, dijo que el Departamento de Estado aprobó la transferencia de aviones a la Argentina luego de haber informado al Congreso, donde no se levantaron objeciones a la operación. Resnick remarcó que la transferecia es “de interés nacional para Estados Unidos”, y si bien afirmó que la decisión final es de la Argentina, insistió en que la oferta norteamericana es “superior” a la de China, y que, de concretarse, servirá para profundizar la relación a largo plazo entre ambos países.
“El F-16 es una plataforma confiable y probada que permitirá entrenamientos y ejercicios regulares para incrementar la interoperabilidad de la Argentina con sus vecinos y Estados Unidos”, afirmó la funcionaria.
“Esto construye relaciones. Es una oportunidad para que ambos países enfrenten amenazas mutuas juntos, y este es una nave que operan muchos países alrededor del mundo operan y ha demostrado su capacidad para la modernización militar”, completó.
La aprobación de la transferencia de aviones marca un nuevo hito en la relación bilateral entre Estados Unidos y la Argentina y llega luego de años de gestiones entre Buenos Aires y Washington, donde se ve con particular inquietud el avance de China en América latina. Fuentes oficiales indicaron a LA NACION que la autorización de Estados Unidos a comprar armamento es “un gran paso en confianza” en la relación bilateral, y estimaron que la decisión final quedará seguramente para el próximo gobierno.
Resnick aclaró que esta transferencia en particular no requiere ninguna aprobación por parte del Reino Unido, que mantiene un veto a la Argentina para la compra de equipamiento militar desde la guerra de las Malvinas, por no hay componentes en los aviones que requieran aprobación británica.
“Trabajamos muy duro para asegurarnos que no haya obstáculos para la transferencia”, dijo la funcionaria, que remarcó que la decisión ahora depende del gobierno argentino.
En medio de la profunda crisis que atraviesa la economía, una de las principales trabas potenciales para concretar la adquisición de aviones de Dinamarca –o, por caso, también de China– es el costo de los aviones F-16. Resnick no dio precisiones acerca de cuál sería el costo final de los aviones porque, dijo, el precio “cambia”. Las notificaciones que envió el Departamento de Estado al Congreso en junio último colocaron el costo de la operación con Dinamarca en un valor de venta aproximado de US$338.695.634 por la transferencia de hasta 38 aeronaves, seis F-16 de la versión “Block 10″ y haMosta 32 aviones “Block 15″.
“Estamos trabajando en la financiación ahora y esperamos notificar pronto 40 millones de dólares en financiación militar al Congreso y creemos que esto ayudará a aumentar la competitividad de esta solución para modernizar su envejecida flota de la Fuerza Aérea y apoyar su seguridad nacional”, agregó Resnick.
Además de la oferta de aviones F-16 de Dinamarca, el gobierno de Alberto Fernández tiene en carpeta desde hace tiempo la posibilidad de adquirir aviones JF-17 producidos por China y Pakistán. Alberto Fernández tiene previsto viajar este jueves a China.
La propuesta de los JF-17, que tendría mejores condiciones financieras, comprende 15 unidades, con la posibilidad de negociar un segundo lote y, eventualmente, un tercero.
“Son aviones nuevos y China ofrece un paquete de armamento y sensores muy completo y con pocas restricciones. Los condicionamientos serían, más bien, políticos por el giro que implicaría una operación con China”, confiaron fuentes militares. Las aeronaves de origen chino-paquistaní estarían equipadas con motores chinos, a diferencia de las versiones que operan Myanmar y Nigeria con motores rusos.
El teniente Coronel Thomas Kanewske de la Fuerza Aérea especificó en la llamada que los F-16 que se ofrecen a la Argenitna incluyen misiles aire-aire AIM-120 AMRAAM y AIM-9, los dos principales misiles aire-aire utilizados por la Fuerza Aérea norteamericana. Kanewske remarcó además que el F-16 es una plataforma de “última generación” que se sigue fabricando, y que son “comparativamente iguales en tecnología a los F-16 que se han desplegado activamente en todo el mundo y en situaciones de conflicto mundial”.
“El F-16 es una plataforma de última generación y el gobierno de Dinamarca está operando un paquete integral. Entonces, lo que es único acerca del F-16 es la relación con la Fuerza Aérea de los EE. UU. Es nuestro “enfoque de paquete completo”. No es sólo el avión, es el entrenamiento, es el mantenimiento, es la logística, es todo lo que implica mantener un avión en condiciones de volar y con tecnología de punta durante 40 años”, indicó Kanewske sobre las implicancias de la operación.
Las Fuerzas Armadas argentinas han estado históricamente alineadas con Estados Unidos y con los aliados europeos en el último siglo, que además han dado un fuerte respaldo a la Argentina para encarrilar las múltiples negociaciones que ha tenido el país en el Fondo Monetario Internacional (FMI). China, a la vez, ha comenzado a tener un rol mucho más activo en el desarrollo de la infraestructura y es uno de los mayores socios comerciales y se está convirtiendo en uno de sus principales acreedores del mundo emergente y en desarrollo.
Fuente: La Nación