La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró este miércoles el estado de emergencia de interés internacional por el brote de ébola en la República Democrática del Congo (RDC). Ya se confirmaron al menos 1121 muertes por la epidemia.
En mayo de este año ya se habían detectado 1816 casos de ébola en el Congo, y para julio se sumaron muchos otros, incluido uno en Goma, una ciudad de dos millones de habitantes cerca de la frontera con Ruanda, lo que terminó de encender las alarmas de la OMS.
El brote, que empezó el año pasado, fue considerado el más letal de la historia de RDC y el segundo del mundo por muertes y casos tras la epidemia en África Occidental de 2014.
"Las señales son claras: la gente sigue muriendo en las comunidades, los trabajadores sanitarios continúan infectándose y la transmisión no se detiene. La epidemia no está bajo control y necesitamos un cambio de marcha, de velocidad", expresó Joanne Liu, presidenta Internacional de Médicos Sin Fronteras (MSF).
Por su parte la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (Ficr) advirtió en mayo sobre "la rápida expansión de ébola en RDC" e instó a evitar "que el ébola se atrinchere" en las provincias congoleñas de Kivu del Norte e Ituri o "que se extienda a áreas urbanas donde será mucho más difícil de controlar".
"Tampoco podemos permitir que cruce las fronteras internacionales", afirmó el director de Salud y Atención de la Cruz Roja, Emanuele Capobianco.
Sin embargo desde la OMS remarcaron que la declaración de emergencia sanitaria de interés internacional no debería traducirse en la paralización de las economías regionales por el cierre de rutas nacionales y de fronteras.
A los efectos desde el 8 de agosto del año pasado se empezó con la vacunación de la población: más de 119.600 personas fueron inmunizadas, en su mayoría en las ciudades de Katwa, Beni, Butembo, Mabalako y Mandima, según las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Salud congoleño.
El brote de ébola más devastador a nivel mundial fue declarado en marzo de 2014 y dos años más tarde, cuando la OMS declaró el fin de la epidemia, se habían registrado al menos 11.300 muertes y 28.500 casos.
El virus del ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados. Provoca fiebre hemorrágica y puede llegar a alcanzar una tasa de mortalidad del 90% si no es tratado a tiempo.
Fuente: Minuto Uno