Unicef defendió este lunes que los maestros deben recibir prioridad en la administración de las vacunas contra la covid-19 con el fin de facilitar que enseñen en persona y que las escuelas se puedan mantener abiertas.
En un comunicado, la agencia de la ONU para la Infancia pidió que este colectivo sea vacunado inmediatamente después de los sanitarios de primera línea y las poblaciones de alto riesgo, los grupos que en principio serán los primeros en la mayoría de países.
“La pandemia de la covid-19 ha causado estragos en la educación de los niños en todo el mundo. Vacunar a los maestros es un paso clave”, subrayó en la nota la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore.
"Aunque las decisiones sobre el reparto de las vacunas son al final de los Gobiernos, las consecuencias de una educación perdida o limitada durante un periodo extendido son profundas, especialmente para los más marginados", insistió.
Fore recordó que cuanto más tiempo pasen los niños fuera de las escuelas, más probable es que nunca regresen y más difícil será para sus padres volver a trabajar.
"Estas son decisiones difíciles que obligan a hacer sacrificios difíciles. Pero lo que no debería ser difícil es la decisión de hacer todo lo posible para salvaguardar el futuro de la próxima generación", señaló.
Unicef recordó que en los peores momentos, la pandemia forzó el cierre de escuelas a las que acuden casi el 90 por ciento de los estudiantes de todo el mundo, una cifra que desde entonces se ha reducido.
Los cierres, sin embargo, continúan en muchos lugares a pesar de que, según Unicef, "hay cada vez más pruebas de que las escuelas no son un gran factor de la transmisión comunitaria".
Según la agencia, el 1 de diciembre las clases permanecían cerradas para cerca de 1 de cada 5 niños en el mundo, unos 320 millones.
La pandemia ha llegado a dejar a 1.200 millones de niños sin colegio y, aunque el 90 % de los países han implementado algún tipo de iniciativa para facilitar la educación en remoto, al menos 463 millones, casi una tercera parte del total, no han tenido la opción de seguir el curso a distancia.
Los avances para la educación en remoto prometen así agrandar la ya de por sí enorme desigualdad que existe entre regiones. Independientemente del grado de satisfacción, claustros y alumnados de todo el mundo parecen de acuerdo en querer que las clases vuelvan a ser como antes.
Fuente: EFE