Si bien hablaron de una potencial complementariedad económica entre ambos países, el mandatario argentino señaló que no existe posibilidad de avances mientras no se comience una negociación por la soberanía de las Islas Malvinas.
El encuentro duró media hora y se concretó en el castillo bávaro de Elmau, se inició con un intercambio sobre Ucrania con posiciones bien diferentes: mientras que el británico sostiene un apoyo abierto y apuesta a una victoria militar de Kiev, Fernández señaló la necesidad de establecer negociaciones con Moscú.
Acto seguido, el líder del partido conservador comentó acerca de la potencialidad que existe en Argentina respecto de la agricultura, el gas y los minerales.
Fernández señaló el carácter verdadero de todas esas afirmaciones, pero aclaró que no existe posibilidad de avance de no mediar una negociación por la soberanía de Malvinas.
Johnson primero comentó que el tema se encuentra cerrado hace 40 años y defendió la autodeterminación de los isleños tal como lo hace en el caso ucraniano, afirmación que mereció una respuesta del jefe de Estado en el sentido de que aquello que sucedió en 1982 fue una guerra y que, sin embargo, el Comité de Descolonización de la ONU vota, año tras año, la resolución que manda a una negociación entre las partes.
Fernández dejó en claro que Malvinas no es "un tema más", sino que se siente en las calles.
En ese sentido, reiteró que la Argentina está lista para retomar el diálogo de acuerdo con las resoluciones de Naciones Unidas.
Además pidió el restablecimiento de vuelos regulares entre las islas y el territorio continental argentino con la aerolínea de bandera.
Tal como había anticipado esta agencia, la reunión bilateral había sido solicitada por el Reino Unido en el marco de la cumbre del G7 que se desarrolla en Múnich, Alemania.