Se considera voto en blanco cuando los sobres están vacíos o con papel de cualquier color, sin inscripciones ni imágenes.
Suele haber varios mitos y confusiones en torno al rol que juega en las elecciones. El más común es creer que esos sufragios van ‘al ganador‘, un error que se popularizó por la manera en que se computan.
Para entender qué lugar ocupa el voto en blanco hay que distinguir entre dos categorías: votos válidos y votos afirmativos. El sobre vacío cuenta como válido pero no como afirmativo, ya que estos son aquellos en los que el elector coloca una boleta oficial de algún partido.
Los votos en blanco principalmente, afectan al porcentaje final que obtiene cada fórmula el día de la elección. En las PASO, estos votos son tenidos en cuenta para el cálculo, pero en las generales y en el balotaje, no.
Por ejemplo, de 3 votos, si 1 voto por un candidato, 1 por otro y hubo 1 en blanco, en las PASO cada candidato habrá sacado el 33% de los sufragios. En cambio, en las generales, cada uno habrá obtenido el 50%, porque la base es sobre 2, es decir los votos afirmativos.
En las PASO los votos en blanco influyen para el recuento, porque se define quiénes son oficializados como candidatos. Por eso, se suman todos los votos válidos para calcular quiénes alcanzan el 1,5% necesario para llegar a octubre.
En cambio, en las elecciones generales se eligen cargos y la Constitución Nacional establece que para proclamar ganadora a una fórmula presidencial deben computarse únicamente los ‘votos afirmativos válidamente emitidos‘. Lo mismo sucede para gobernadores, diputados, senadores, intendentes y el resto de los puestos en juego.