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El kirchnerismo amenaza con salir del Frente de Todos si Alberto no baja su candidatura del 2023

Desean que sea otro nombre el candidato, y no el actual presidente que consideran, tiene una imagen desgastada

El kirchnerismo amenaza con salir del Frente de Todos si Alberto no baja su candidatura del 2023

Cristina Kirchner no puede creer que el presidente Alberto Fernández persista con la aventura de ir por la reelección y no de el brazo a torcer. Casi siempre se ha rendido a sus pies, pero esta vez sostiene una pulseada que impacta de lleno en el futuro del espacio, que busca la supervivencia a través de un cambio de reglas electorales para 2023.

La vicepresidenta hace tiempo que tiene la peor consideración sobre su elegido. Suele decir que no se prepara ni estudia los temas, que improvisa y la subestima. “Es burro”, resume. Para ella, Fernández es la contracara de Sergio Massa. No porque piensen parecido, sino porque el ministro de Economía se ganó su confianza al discutirle con datos y argumentos, aunque para ella sean equivocados.

Como dijo más de una vez en la intimidad, “Sergio es Estados Unidos”, se sabe desde donde habla y quiénes son sus amigos. Con el Presidente, para la vice, todo se vuelve más difuso.

Dentro del Frente de Todos, el debate sobre la eliminación de las primarias se volvió central. Los principales promotores de la medida fueron los gobernadores del peronismo bajo la premisa de que favorecen a Juntos por el Cambio. Esto es una presunción muy extendida en el PJ, aunque no necesariamente puede funcionar así.

Máximo Kirchner presentó sus dudas sobre la conveniencia de desechar un sistema que les puede ser útil para volver en 2027, si es que el año que viene, como sospecha, pierden. Recuerda el antecedente de su padre que en 2009 adelantó la fecha de las elecciones legislativas porque imaginó que lo beneficiaría pero fue un error de cálculo. La moraleja de ese episodio es que si el bolsillo no acompaña, no hay ingeniería electoral que alcance.

Aún así, en un escenario parejo, suspender las PASO puede ayudar el oficialismo. Sobre todo, para retener la gobernación de la provincia de Buenos Aires, donde se gana por un voto al no existir el balotaje. Estos temas se discuten en la mesa del kirchnerismo bonaerense, que se reúne cada dos semanas.

En la cabecera de esas citas están Axel Kicillof, Máximo Kirchner, Andrés Larroque y Wado de Pedro. Los cuatro tienen línea directa con la “jefa”, los cuatro mantienen diferencias entre sí. La gran coincidencia es que Alberto Fernández debe correrse a un costado de la carrera electoral, y conformarse con terminar su mandato sin estridencias.

“Si sigue insistiendo, que compita solo”, concluyó un referente importante del entorno de la vicepresidenta. La amenaza está latente. No dicen que van a romper el Gobierno, sino la alianza electoral hacia adelante.

Algunos dirigentes que participan de las conversaciones olfatean que en las conversaciones hay un déjà vu sobre lo que fue en 2017 el armado de Unidad Ciudadana. Es decir, el kirchnerismo como expresión puramente bonaerense, sin el sello del PJ, como un experimento referenciado en la figura exclusiva de CFK.

Bajo esa hipótesis, el extremo sería ir con boleta corta, sin la categoría de presidente: Cristina Kirchner como candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires; Axel Kicillof, como gobernador, y luego el resto de los cargos provinciales y distritales. Este diseño de boleta permitiría que la primera sea ella.

Hoy algo así suena disparatado, pero se llegó a analizar.

El Presidente se mueve como si ahora sí quisiera dar una pelea a fondo contra su vice. Parece. El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández; y el jefe de la AFI, Agustín Rossi, dijeron que acompañarían un proyecto de reelección y se manifestaron a favor de mantener el esquema de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias.

Más allá de las idas y vueltas, una parte de los gremios y el Movimiento Evita suman fuerza detrás de Fernández solo para hacerle la contra a la vice y La Cámpora. Hay un renovado ánimo anti K en esos sectores que justamente también estuvieron en la vereda de enfrente de Cristina en 2017.

El Gobierno entró en una peligrosa cuenta regresiva por la definición de las candidaturas y la modificación de la ley electoral. Esta semana ingresó en el Congreso una iniciativa de Luis Di Giacomo, diputado de Río Negro, cercano a Massa, que propone abolir las primarias.

Es la puerta de entrada a un debate en el que el kirchnerismo no tiene los votos. Tampoco está claro si le ofrecerían algo a la oposición, como por ejemplo, cambiar la fecha de la elección, o bien acortar los plazos entre las PASO y las generales para evitar sacudones en la economía, como ocurrió en 2019.

En cualquier caso, Alberto Fernández, prácticamente vaciado de poder, tendrá la lapicera para habilitar o no el tratamiento legislativo. Es que las sesiones ordinarias finalizan el 30 de noviembre y para extender el plazo de trabajo durante diciembre, o convocar a extraordinarias en enero y febrero, se necesita un decreto presidencial. Se verá si usa y cómo la lapicera con la que tanto lo mortificó la vicepresidenta.

Fuente: TN