“Alfredo, esto es imposible, jajaja”. José Luis Rodríguez Zapatero, el expresidente español simpatizante de los K, se reía incrédulo al oído del consultor Alfredo Serrano Mancilla en un llamado post elecciones del 22-O cuando Sergio Massa sorprendía con el 37% de los votos.
La imposible levedad de Massa es que puede llegar a convertirse en un Presidente Ni: ni frenó la inflación, ni redujo los índices de pobreza, ni controló el dólar, y tiene chances de saltar al Sillón de Rivadavia. Pese a todo. Pese a sí mismo. Massa sabe que el espanto más que el amor definirá la elección y planteó el balotaje como un plebiscito sobre el líder de La Libertad Avanza: “Milei sí o Milei no”, es la opción, dijo. Pareciera que la apuesta del ministro candidato es “Milei, no; Massa, ni”. “No se lo tatúen en el corazón, pero vótenlo”, suplican desde el ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis hasta los militantes del conurbano.
Otro expresidente español Mariano Rajoy es autor de una frase que cae al dedo del enigma argentino: “Haré lo imposible si es que lo imposible es posible”. Macri se juró hacer él lo imposible para vencer al kirchnerismo. No que fuera Horacio Rodríguez Larreta ni Bullrich. Pero él no pudo ser. “Algunos creen que perdimos porque yo no fui el candidato”, dijo después de la derrota de JxC. El 30% que sacó Javier Milei fue el maridaje ideal para avanzar sobre LLA, y no al revés. Milei dejó a Bullrich afuera del balotaje, pero la pelea por la primera y segunda marca será saldada recién el 19 de noviembre. Macri, del Bridge a Bridgerton. De jugar a las cartas afuera de la Argentina durante la campaña de Bullrich a volver al país para ser el libretista de una familia high society, como la serie de Netflix, para terminar con el kirchnerismo.
Más que “sensatez y democracia”, como llamó a la película Cristina Kirchner, el estreno del 19 de noviembre es “probabilidad y posibilidad”. La probabilidad es una medida con valor numérico; la posibilidad, un juicio donde no existe medida.
Probabilidad vs. posibilidad: ¿Massa no puede, pero puede; Milei puede, pero no puede?
Massa obtuvo 9,8 millones de votos; Milei, 8 millones; Bullrich, 6,3 millones; Juan Schiaretti, 1,8 millones y Myriam Bregman, 722 mil. Para ganar, necesitan llegar a los 13 millones. A Massa le faltarían 3 millones; a Milei, 5 millones. En las PASO, Bullrich sacó 4 millones y Horacio Rodríguez Larreta, 2 millones. En las encuestas, los indecisos rondan el 8%.
En ¿Qué pasó y qué pasará en Argentina?, Alfredo Serrano Mancilla, del CELAG -Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica- sostiene que “la segunda vuelta está abierta” y repasa:
Milei necesitaría crecer en 5,5 millones de votos para ganar; por ejemplo, captar el 90 % de los votos de Bullrich.
Massa necesitaría 3,8 millones para ganar; por ejemplo: todo el voto de Bregman más el 80 % de Schiaretti, más el 60 % de los votantes de Larreta.
Ese estudio es de octubre. El último, publicado el 10 de noviembre, indica una leve ventaja de intención de voto para Massa, pero desgrana que el 45,9% cree que Milei puede resolver la inflación frente a Massa (39,7%). Ante la pregunta ¿Quién cree que será el próximo presidente? El 51,7% piensa que Massa; y el 43%, Milei.
¿De los “viejos meados” a los “viejos fregados”? ¿Del “condenados del éxito” de Eduardo Duhalde al “condenados a la inflación”?
El poder de Milei
¿Milei podrá con Macri? ¿Milei podrá con Milei? ¿Milei podrá? es una de las incógnitas del balotaje. “A Javier no le dije nada para el debate porque si él no lo siente, no le sale”, le confía a TN un colaborador de Milei.
Guillermo Francos, el potencial ministro del Interior de Milei, ejerce el derecho de admisión sobre el malón de macristas que intentaron copar la campaña de LLA. Francos tiene más desgaste con los advenedizos del PRO que con los carpinchos de Nordelta, con los que cuerpea todos los días en el parque de su casa. Por ahora está solo en la defensa a cuatro manos. En diciembre, recién llega su esposa desde los Estados Unidos.
“Nada de ministerios. Eso no me corresponde a mí”, dice Bullrich que siguió el debate en la casa junto a su equipo de colaboradores. El martes estuvo reunida con Federico Sturzenegger, posible ministro de Economía de Milei. “El Doctor no va a estar haciendo declaraciones periodísticas hasta después de las elecciones”, se silencia el expresidente del BCRA de Macri, que sabe de las internas del PRO y de LLA. “Carlos Rodríguez, además de estar fuera de sí, siempre estuvo en contra de Federico”, dice una persona que lo quiere mucho.
Bullrich encabezará este martes un encuentro federal de fiscales que trabajarán para Milei. Toda una demostración de fuerza para el reparto del poder, el 20 de noviembre. Solo a caballo regalado no se le miran los dientes. “Yo no pongo un peso más”, se empacaban los bullrichistas cuando los llevaban a los empujones al acuerdo con Milei. Ahora están metidos hasta las manos... en los bolsillos.
“Acá el tema son los recursos. El día de la elección son 2 millones de dólares, 20 mil por cada fiscal. No sabés quién lo va a cobrar. Es un despelote. La Libertad Avanza casi no tiene fiscales. Le falta entre 4 y 5 mil personas para el gobierno. Gente con experiencia, que conozca la administración pública. Milei está aupado por Macri. El acuerdo fue ‘porcentaje de gobierno, áreas y nombres’”, confiesa a TN un exministro macrista. ¿Y Bullrich? “Lo que pasó con Patricia es como dice Felipe González: ‘La política es ir para adelante. Cuando te mean en la cabeza, tenés que decir que está lloviendo’”.
Diego Santilli se pone aún más colorado por la forma en que Macri ejecutó el acuerdo con Milei, pero dicen que es uno de los más convencidos: “Está detrás del armado en las recorridas en la provincia de Buenos Aires”. ¿Y Cristian Ritondo? “Hay media palabra de que la Presidencia de la Cámara de Diputados es para él. Tené en cuenta que con el grupo de Ritondo se puede fiscalizar 3/4 de la provincia”, dice un bullrichista bonaerense.
“No sé cuál a ser la actitud Milei. Solo Alberto Fernández no se dio cuenta de que ser Presidente es muy importante”, señala con ironía un exministro de Macri sobre un posible gobierno del libertario. El Congreso será un tablero de ajedrez. “Milei gana y qué pasa. ¿Manda un paquete de leyes? Con qué se va a despachar”, orejean en el PRO mileista. “Libertad para el Cambio”, “Juntos por la Libertad” son los nombres que ensayan para un posible interbloque. El orden que afecte el producto dependerá del resultado ¿Cómo convivirán Macri y Milei? ¿Cómo pasar de mi ‘partido es un dibujo’ -el león con el pato a upa- a una coalición? “Si no hay fuerzas pares, el peronismo te come”, dice Bullrich con la psicología del Dibu Martínez. “Nuestros militantes están desesperados por votar a Milei. Es la revancha”, se juegan a todo o nada en el PRO mileista.
El poder de Massa
“Massa no tiene límites”, rumea Milei. Massa parece un tigre al que no le entran las machas. Milei, un león al que le afloran las mañas. “Va a ser una elección dura. Va a estar finita”, dicen muy cerca del ministro candidato.
“Nosotros ya dimos cinco vueltas por los barrios. No hay más para rascar. Ahora la campaña es en los medios”, le dice a TN un armador del conurbano bonaerense. “Milei no tiene fiscalización, no alcanza con la ayuda del PRO y del radicalismo. Donde nosotros tenemos cinco fiscales, ellos tienen uno″, se envalentona. “Resultado cerradísimo, la fiscalización, define”, señala.
Los barones del conurbano juegan a las elecciones de memoria y con todas las picardías. “Ya contratamos todos los remises. Ni uno van a poder conseguir”, se ríen. Córdoba y Conurbano serán definitorias. Milei cierra el jueves en Córdoba. “Esperamos repetir lo de Mendoza que fue impresionante. La gente lo para por la calle y lo alienta”, dice Francos. El “sí, se puede” cambiemita empezó a sonar en los actos para endulzarle los oidos al libertario. Massa piensa en un cierre parecido al de la primera vuelta. “No acto grande, no políticos. Mano a mano, con la gente”. Axel Kicillof y los intendentes trabajan para que el conurbano sea la tabla de salvación de Massa. Desde las PASO a la primera vuelta, UP experimentó un aumento en el porcentaje de votos en los 24 municipios, con un promedio de 12 puntos porcentuales (46% en las generales y 34% en las PASO), repasa un informe del Observatorio del Conurbano de la Universidad General Sarmiento, que advierte: “Es probable que muchos votos que en las PASO habían ido a Horacio Rodríguez Larreta, en las generales hayan ido para Sergio Massa”. Es una mala noticia para el ministro candidato porque debe romper ese techo. “Los municipios con el mayor aumento fueron José C. Paz y Merlo, con un crecimiento de 16 puntos porcentuales, mientras que el municipio que tuvo un menor incremento fue Hurlingham, con 7 puntos porcentuales por encima de las elecciones de agosto”, repasa el documento. Hurlingham, donde La Cámpora destronó al intendente Juan Zabaleta con Damián Selci. “No hay mucho más de dónde sacar votos. Hay un puñado de distritos donde vamos a superar el 50%. Pero la clave va a ser la fiscalización”, dice un peronista de la tercera sección electoral.
En el PJ bonaerense se frotan las manos para el adiós a Máximo Kirchner. En diciembre, buscarán que Kicillof conduzca el partido o un intendente. El escándalo de Martín Insaurralde y el del espionaje ilegal son, creen en el oficialismo, los certificados de defunción para la agrupación del hijo de la Vicepresidenta.
Según el análisis fino del resultado, Massa y Kicillof empezarán a lotear poder y cargos, si el candidato de UP vence en las elecciones. Si no, Kicillof quedará libre de manos. Ya hay movimientos. Dicen que el Gobernador quiere a Katopodis en el ministerio de Obras Públicas bonaerense, que limpiará de Lotería los rastros de Insaurralde y que habrá una pulseada por el Ministerio de Justicia, que tanto siempre interesa a Cristina Kirchner. Juan Martín Mena sería la apuesta de la Vice, pero Julio Alak habría tirado sobre la mesa el nombre de Carlos Bonicatto. “El Turco se sorprendió cuando ella lo llamó”, admitieron cerca del intendente electo de La Plata, pero negaron que hayan hablado siquiera de política. Cristina Kirchner subió el TikTok con Alak, ¿prueba de que respira cerca? Massa no piensa en Máximo Kirchner como diputado y Wado de Pedro senador. Prefiere llenarse la boca con los nombres de Miguel Ángel Pichetto y Emilio Monzó para un Congreso si él es Presidente. “En estos días se va a mostrar con uno que falta sumar”, apuestan en las oficinas de calle Mitre.
Boletas y fiscalización
La pelea el 19 será voto a voto. Los indecisos y la fiscalización serían los jugadores decisorios. La Justicia Electoral acaba de llamarle la atención a LLA por la falta de boletas en la provincia de Buenos Aires. La respuesta de los libertarios es que las boletas las tienen, pero las pondrán el día de la elección para evitar robos. “Casualmente no queremos que nos roben las boletas, de entrada, y tener para reponer. Siempre nos han robado boletas”, dijo Francos. No es la única precaución en la que trabajó dedicadamente el expresidente de Acción por la República. Según pudo saber TN, ya procuró que el día de la elección haya 800 mesas testigo. “Una hora después del cierre vamos a tener un panorama del resultado”, confía. Muy distinto a la primera vuelta cuando el desconcierto por el resultado a favor de Massa y la falta de un instrumento para saber dónde estaban parados puso de los pelos a los libertarios.
El resultado podrá intuirse a las horas del cierre del comicio, pero la noche puede ser larga. Tan trabajosa como arrancó la carrera política de Massa. Fue en 1999, cuando tenía 27 años y ocupaba el séptimo lugar en la lista de diputados provinciales, por la primera sección electoral. El apoderado del peronismo Ulises “Coco” Giménez estuvo 23 días batallando por la banca de Massa en la Justicia Electoral. Ahora nadie quiere ni recordar la anécdota. Todos prenden velas a los indecisos.