Atlético Tucumán y River igualaron sin goles en el estadio José Fierro, por la quinta fecha de la zona A de la Copa de la Liga
El Millonario llegaba como favorito tras su impecable andar de cuatro victorias en fila ante un Decano que, increíblemente por las pinceladas que mostró esta noche, sigue sin ganar.
El primer tiempo tuvo de todo menos goles. Porque arrancó mucho más entonado el conjunto de Sergio Gómez, que fabricó las llegadas de mayor peligro, y después una gran oportunidad de torcer el pleito para los de Martín Demichelis derivó en un escándalo impensado. La cara del peligro local fue de Matías Orihuela, quien no alcanzó a desviar en su primera chance clara y en la segunda partió en offside, pero reventaba el travesaño. Por eso sorprendió que en su primera oportunidad el Millonario golpeara a fondo, para abrir su propia caja de Pandora en el seno de su plantel.
Néstor Breitenbruch adelantó la pelota en un rechazo en el área y al ir por ella le cometió un claro penal a Nacho Fernández, aunque hubo protestas y confirmación del VAR por un leve pero ampuloso agarrón previo de Facundo Colidio. En paralelo a las discusiones locales con Nazareno Arasa, Miguel Borja pretendió ser el ejecutante, pero Esequiel Barco no lo dejó. Primer remate: tapó muy bien José Devecchi arrojándose a su derecha para el desahogo tucumano, pero el VAR determinó que hubo invasión y debía repetirse la acción.
Ante el yerro, Demichelis ordenó que fuera Borja quien pateara el segundo disparo, pero Barco se adueñó del balón y, a los 27, lo lanzó a las nubes. Momento muy caliente para River, que después siguió sufriendo con Marcelo Estigarribia errando ante Franco Armani y el arquero tapándoselo a Joaquín Pereyra. Recién más cerca del descanso lo tuvo Borja, pero le erró al arco por poco. Tras el pitazo que inició el descanso, todos fueron a consolar a Barco, hasta el colombiano, dejando atrás cualquier rencor. Igual, el que tomó nota del desaire fue Demichelis, quien decidió que el desobediente no volviera en el complemento y fuera reemplazado por la ascendente joya Franco Mastantuono.
En efecto, el mejor del segundo período fue el equipo de Núñez, que otra vez mostró serios problemas de definición. La otra promesa millonaria, Agustín Ruberto, tuvo que entrar de apuro por la lesión de Miguel Borja en el aductor que preocupa a River ya con el Superclásico asomando en el horizonte, pero en el campo de juego las cosas marchaban a pedir de una visita que parecía tener el gol al caer.
Mastantuono lo tuvo ante Devecchi pero lo frustró el guardameta, y en la siguiente Joaquín Pereyra pateó al poste cara a cara con Armani. Mastantuono respondió con otro disparo al horizontal, Devecchi volvió a tapar ante Ruberto y Enzo Díaz falló por poco en la última. No hubo finalmente eficacia para el Millonario que, en una velada con varios contratiempos, al menos pudo rescatar un punto que le asegura la cima, aunque puedan alcanzarlo.