Daniel Passarella, uno de los mejores futbolistas de la historia argentina, transita un complejo momento de salud con una enfermedad neurodegenrativa que lo complica en su vida diaria.
Según el diario Olé, El campeón del mundo en 1978, sufre un proceso de deterioro cognitivo similar al que vivió su papá y sus íntimos aseguran que muy pocas veces sale solo de su casa.
Quién fuera jugador, DT y presidente de River, club con el que estará identificado toda la vida, ya no pude manejarse en soledad y es común ver a alguno de sus hijos o de sus amigos acompañarlo en algunos de sus paseos con el Mercedes Benz, o en el café de Zona norte donde habitualmente pasa sus días.
El deterioro cognitivo que padece el Kaiser está bastante avanzado al punto de que puede olvidarse la dirección a la que iba o perder la orientación. Por ese motivo, son constantes las visitas de sus hijos y familiares.
El menor de los Passarella, de hecho, estaría evaluando regresar a Buenos Aires ya que, por su estado, su papá ya no sólo no puede dirigir, sino que tampoco puede administrar los bienes de su propiedad.
A simple vista, no se observan los síntomas de la enfermedad, aunque las personas que lo conocen aseguran que hoy son bastante más frecuentes que hace alrededor de tres años, cuando comenzaron a hacerse evidentes.
Aunque en los últimos tiempos se lo vinculó con la posibilidad de entrenar a equipos chinos, qataríes, árabes y hasta en selecciones latinoamericanas, en su entorno más íntimo aseguran que está alejado de la realidad, ya que en ningún caso hubiese podido asumir la responsabilidad.