La guerra de Rusia con Ucrania obligó una reconfiguración del panorama futbolístico, porque la UEFA optó por modificar la sede de la final de la Champions League, que se iba a disputar el 28 de mayo próximo en Rusia.
El estadio que iba a albergar este partido definitorio iba a ser el Krestovski, pero debido a la “grave escalada de la situación de seguridad en Europa” el máximo organismo del Viejo Continente decidió trasladar este encuentro al Stade de France, reducto con capacidad para más de 80 mil personas, ubicado en el municipio de Saint-Denis, en París, Francia.
Tras ser sede de la final disputada en 2006 entre Arsenal y Barcelona, posterior campeón, Saint-Denis volvió de emergencia al mapa futbolístico y el sábado 28 de mayo desde las 17 albergará la final de la UEFA Champions League.
La guerra iniciada por Rusia en Ucrania generó la negativa de las selecciones de Polonia, Suecia y República Checa a disputar el Repechaje europeo al Mundial de Qatar 2022 en territorio ruso por la extrema situación de violencia y la UEFA acompañó esta decisión que involucra a ambas partes protagonistas del conflicto bélico.
El máximo organismo europeo dictaminó que las selecciones rusas y ucranianas deberán competir en sedes neutrales hasta “nuevo aviso”. De esta forma, Rusia deberá jugar el 24 de marzo próximo ante Polonia lejos de su casa y, de ganar, se enfrentará al ganador de Suecia y República Checa. Lo mismo ocurrirá con Ucrania, que debía enfrentar a Escocia como visitante y, de resultar vencedor, disputará un pasaje al próximo Mundial contra el ganador de Gales contra Austria.
Está decisión también involucra a los clubes nacionales porque el Spartak Moscú, único equipo ruso que competirá internacionalmente en la Europa League, tampoco podrá hacer de local en su reducto por la situación que atraviesa Rusia y deberá elegir un escenario fronteras afuera para jugar.