Boca empezó una noche de ensueño en el estadio Ciudad de La Plata por los 16avos de la Copa Argentina. Debutaba Daniele De Rossi, metió un gol relativamente rápido, no pasaba sobresaltos y parecía encaminarse a octavos sin despeinarse. Pero se durmió en los laureles, no lo liquidó y dejó agrandar a Almagro. Y su final fue de pesadilla.
El primer tiempo comenzó favorable al conjunto de Gustavo Alfaro, que se vislumbraba más peligroso aunque le costaba penetrar en los metros finales. Hasta que, a los 27, apareció De Rossi de cabeza para el primero tras un córner desde la izquierda de Alexis Mac Allister.
Después, De Rossi completó su combo de emociones con una dura entrada y la consiguiente amonestación de parte del árbitro Silvio Trucco.
Pero en el complemento, un Tricolor más decidido empezó a hacer pie más cerca del arco de Marcos Díaz y a evidenciar más de una desatención en el fondo xeneize. El arquero debió trabajar ante Germán Herrera y Nicolás Arrechea se lo perdió con un toque que se fue cerca.
Una aparición de Mauro Zárate que ahogó Christian Limousin interrumpió la seguidilla de llegadas de Almagro, que volvió a amenazar con un intento de Ramiro Arias que tapó Díaz y un cabezazo desviado de Sebastián Diana.
Y, cuando Jorman Campuzano ya había reemplazado a De Rossi, un increíble error compartido entre defensores y arquero de Boca permitió que Agustín Coscia dejara solo con el arco a Juan Manuel Martínez, quien no falló. Corría el minuto 36 y el destino inexorable del trámite fueron los penales.
Desde los doce pasos, empezó acertando Carlos Tevez, que había ingresado en el complemento. Pero después, el arquero Limousin atajó contra Mac Allister y otro que ingresó, Jan Hurtado. Mientras que, del otro lado, marcaron Ezequiel Denis, Lucas Wilchez y Coscia. Como frutilla del postre, Eduardo Salvio ejecutó su disparo a las nubes.
Así, fue Almagro el que finalmente desató su festejo, el que enfrentará en octavos a Banfield o Talleres y el que posó con el clásico cheque gigante que simboliza cada éxito en el certamen. Boca, en cambio, se fue envuelto en bronca y resignación. Y con las manos vacías.
Fuente: TyC Sports